jueves, 26 de junio de 2008

El olor de cuando llegas

De mi sitio, el hueco de mis micro relatos, con la particularidad que no traigo nada especial dentro de ellos, me interesa más saber hasta dónde llegan sus alcances porque hay gente amiga que quiere sentirse bien con ellos. Explicar lo que pienso de cualquier sentimiento puede tener apenas repercusión propia, pero me valen, por eso los cuento y procuro sobre todo buscar su hueco más cálido.

Me llega el verano por varios sitios a la vez: en la página de los libros que he leído me adhiero a Bolaño -el chileno de 1953 y muerto bien deprisa en el 2003, con su asombroso alarde de audacia y poderío narrativo de su “2666”. Estoy de acuerdo con él cuando dice que uno nunca termina de leer, igual que “uno nunca termina de vivir aunque la muerte sea un hecho cierto.”

Me aplaza la vida el verano cambiante de mis lugares eternos y conocidos por otros que al menos no son tan propios; me aleja de esas caras de casi todos los días que toman vacaciones sin permiso porque yo necesitaría seguir mirándolas; o los hábitos, y eso que los hombres no tenemos por costumbre quedarnos, huimos, olvidamos, no sabemos cómo.

Me ha creado una pausa esta mañana la riqueza de un abrazo emocionado, tener que buscar una dirección postal para que “Pan de mendigo” pudiera de nuevo estampar la agonía de su palabra seca y honda con las dos clases de tragedia que él cuenta que la vida tiene encima: “una, es lograr lo que te propones; y la otra él no lograrlo.” Tanto da porque es lo mismo. Me lo dejó por escrito unos minutos antes, antes que alargáramos un abrazo en éste sitio cálido donde todo puede durar, eso, más de diez minutos.

Hemos dejado entre medias la hendidura por donde contarnos nuestras cosas porque se han quedado pendientes demasiadas, esa rosa estampada de rojo para su “dulce de membrillo” o las charlas heroicas de salud, hoy te empeñaste en convencerme de tu secreto para ti: “creer que no se está enfermo y vivir como si se estuviera sano.” Me hubieras hecho falta esta tarde, “Pan de mendigo”, para no tensarme otra vez inútilmente en esas ásperas salas de espera, donde no se sabe nunca bien lo que esperas.

Y mientras, aquí también este verano, estará no ya por temperatura sino por ganas de acogida y de aventura, éste sitio cálido que he inventado para un grupo de amigos y amigas, este escritorio para escribir como a dos velas lo que pienso, lo que termino de creerme, lo que ha estado muchas veces y sigue estándolo en las palabras de respuesta o en los silencios que hay detrás, tan callados como hermosos de quienes a la vez que me leen, me entienden y me quieren.

No me hace falta nada más en este sitio diferente, propio, anhelante, único: la mano ajena que me toma la mano; querer y que me quieran con esa inquebrantable tautología del deseo; soñar en el día siguiente si es posible desde hoy antes de que se haga tarde; ya no vivir más hacia atrás, sino por delante aunque me duela hasta el aire que respiro, seducido por el sueño –se me ocurre arrimando el ascua a las metáforas, de una mujer mal desnuda y soñante.

Nada más, que me aplacen lo que sea pero que no me roben el amor ni a empujones, de mi sitio que conserva hasta el olor que tiene cuando llegas.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde tu hueco hablándonos de tus sentimientos, de tus recuerdos y vivencias nos haces grandes como lectores. Cada frase, cada adjetivo que empleas es una invitación a la ensoñación, a la reflexión. Tus palabras son mágicas. Nos llega el verano a mi particularmente, espero pacientemente que llegue septiembre (entonces sin gentío) para que mi playa y yo establezcamos de nuevo ese diálogo que nos tiene ocupados yo preguntándole y él dándome respuestas que no sé cumplir.

Siempre mi abrazo,

María

Fran dijo...

Tú hablas María de tu complacencia al leerme. Sé que es muy cierto, por dos razones: me conoces ya hace miucho tiempo, así, a través de la palabra; y porque contigo jamás hubo nada que nos impidiera ese camino de amistad y cariño entorpecerlo.

Quiero que tu mar en Septiembre te de lo mejor, lo que te mereces.

Mi abrazo también

Anónimo dijo...

Fran, en sus letras siempre se encuentra, algo especial, algo diferente, si no fuese así, no seguiríamos sus pasos, querido amigo, está bien que llegue el verano, si es por la madurez es señal que se ha vivido y si es, por la estación, tampoco va mal desconectarse de la rutina diaria.
Estoy de acuerdo con la frase, nunca se termina de vivir, pienso que sólo nos deja la carrocería, como diríamos vulgarmente, lo demás no muere si no, para qué serviría luchar? Y si la lucha es por ese abrazo, por un abrazo que pude decir más que en todo un camino, sería emotivo poder contemplar el abrazo de dos plumas que se olvidaron que alguien las manejaba.
Querido amigo, a veces va bien olvidarse por unos días de esas frías y aburridas, salas de espera y tomarse un par de cervezas pero eso sí, sin olvidar que las obligaciones es lo primero y si hemos de incluir esas salas, las incluiremos, nadie las visita por capricho, pero eso sí, no olvide usted que en este rinconcito tiene una cita con todas las personas que seguimos sus letras.
Fran, sus letras se convierte para cualquier persona una costumbre, una necesidad, Fran, mi mano, yo hablo por mí, nunca le faltará o al menos mientras me quede un soplo de aliento pero no se olvide de compartir esas metáforas profundas, con más fuerzas que su orgullo y más inconformista que un adolescente, Fran, nadie nos roba el tiempo si lo sabemos guardar.

Un besote sin permiso y mi cariño, siempre3ley.

Anónimo dijo...

Amar no es algo que acontece del día para la noche , más... es una dimensión que resulta del esfuerzo para abrir el corazón y entregar al mundo lo mejor que hay en el alma de quien así se atreva a vivir.Fran,tu eres singular,amas todo lo que te rodea y te aferras al sentimiento oculto de tu alma.
Deseo que a cada amanecer tengas siempre la osadía de vivir y saludar al alba,como regalo de la vida.
Siempre......Ana

Fran dijo...

Tus respuestas, Ley, si en mis escritos dices que hay algo especial y diferente y esa es la razón por la sigues mis pasos en forma de letras y acentos, te respondo con toda la sinceridad que cuando alguna vez te haces la humilde y dices que no entiendes un texto mío o no sabes cómo contestarlo, eso no es en absoluto cierto: lo que haces es que lo desee, porque esta respuesta, es un ejemplo, no puede ser mejor.

Entendiste muy bien ese abrazo a quién había convivido momentos que cruzaban los genes difíciles pero maravillosos; entiendes mi zozobra del verano, sus pausas, sus rupturas, sus descansos.

El día que no tenga en este escritorio las respuestas de las personas que de verdad saben mostrarme su afecto –tu “sin permiso”, es delicioso, dejará de existir, ley. Necesito tu mano, con el orgullo que cada uno tenemos, que ahí radica muchas veces que personas en clara inferioridad en otras áreas –sabes muy bien cuales son, las físicas por ejemplo, no abandone, no rinda armas jamás.

Yo te beso y te doy mi cariño sin preguntas ni permisos

Fran dijo...

Tienes la cualidad, Ana, de hacer como un retrato cada vez que hablas de mis escritos, perfecto. Amo demasiado, Ana y me he de aferrar porque sino me caigo no solo por que mis huesos no responderán.

Yo te deseo desde aquí que también saludes cada amanecer con mejor estado y alegría. Te lo deseo de todo corazón.

Un abrazo de siempre

Anónimo dijo...

No sé cómo llegué hasta aquí. La cosa es que siendo de día me pareció que se me hacía de noche, quizá el oscuro fondo de su blog.

Voy a volver algún rato que otro, si le parece a usted. Quiero leerlo atenta, con su permiso.

Y sí, la soledad es una urgencia.

Saludos.

J.María

Fran dijo...

Por supuesto este escritorio está abierto a cualquier lectura y comentario, y aparte de los escritos, fundamentalmente míos, como Administrador, existen buenas colaboraciones rambién.

LO que no entiendo en su expresión "el fondo oscuro de este blog". Si lo repasa un poquito hay muchas claridades.

Un saludo

Fran

Anónimo dijo...

¡Gracias!
En cuanto a la oscuridad, sólo me refería al color negro de su fondo, es negro ¿no? A saber qué se creyeron mis pupilas.

Más allá, ninguna intención metafórica.

Gracias otra vez.
Sigo leyendo.
Saludos.
J. María

Fran dijo...

Perdón por mi malentendido sobre el fondo negro.

Espero que con la luz de un próximo escrito en este blog con un importante tema poético, compense.

Gracias a ti.

Anónimo dijo...

¡Me encantará leerlo!
Voy, mientras, a recrearme en lo ya escrito.

Saludos.

J.María

Anónimo dijo...

No podemos borrar y deshacer el olfato, por el hecho q nos atrape, ese olor especial, q cada ser humano transmite, peculiar y cierto, q en momentos de soledad queremos atrapar y nunca se borre de nuestro cuerpo, porq lo sentimos asì, cerca a la piel q un dia quiso amar màs q nadie, màs alla de lo imposible,imprimiendo su olor..........haciéndolo nuestro y disfrutándolo mentalmente cuando en verdad se necesita sin dejar de aletear,para percibirlo bien cerca, yo me huelo asi misma y me pregunto està aquí, os q aun lo estoy sintiendo, aunq este alejado de uno.fiscamente, por decir algo,porq seria metafórica o nò?.
Besos maria dolores.

Fran dijo...

Nunca ese olfato, es cierto, el que nos retiene sobre todo en los más duros momentos de soledad, maría dolores, se borrará jamás.

Dices que te hueles a ti misma y te preguntas por ese olor si está ahí, y debe de estarlo –ahí debe haber partes de tus calidades humanas.
Y eso no es metáfora, no puede serlo.

Besos