viernes, 13 de junio de 2008

El erotismo de lo desconocido


Siempre pensé que detrás de un mundo desconocido para mi había un erotismo como un territorio por habitar y que yo mismo, con mis posibilidades, podría alcanzarlo y disfrutarlo, dejando siempre las cosas como estaban, mano alzada, rostro a la vista. Existe indudablemente ese erotismo elegante y propio para cubrir los dos infalibles momentos del cuerpo: uno la inercia y el otro ese camino de riesgo. Pero me lo tuve que inventar siempre con la palabra o el gesto, ni nadie me lo dio, ni me lo permitió, ni tampoco quise tenerlo cerca.

Pero anda perfectamente hermanada con los ojos en los ojos para no estar sólo de nuevo y aún así, se siente uno sólo. Aunque te digan mil veces no te vayas y no tengas además adónde, únicamente el gesto y sobarte el alma en otra alma, hacerte ilusiones de que la visita va a ser linda y fructífera. Nada más lejos, cuatro metáforas y demasiadas veces la facilidad de los propios ojos mojados. Una y otra vez porque me pasa algo así como el personaje, el verso hecho novela de cada página de Pablo Gutiérrez en “Rosas, restos de alas·. Me encanta porque es una chica con los besos mojados.

A mí no se me llegan a mojar los besos, prefiero en el fondo la prioridad de los ojos, el aplazamiento del placer porque no me va a llegar el placer nuevo, el que tengo es bastante, a base de una manera tan elegante, sin imitadores, convivencias de diario, soledades en compartimentos estancos con diferentes imágenes, una hermosa y digna soledad que no suele alcanzarse porque sí que es cierto que es una forma inquebrantable de soledad: una mano en la nuca, seguir durmiendo, oír, “no pasa nada” no deja de ser cada vez esa inevitable soledad del ser humano.

A lo único que puedo aspirar es a acumular en mis arterias la soledad de alguien junto a la propia. Siempre tuve esa vocación secreta sin que eso supusiera renunciar a buscar en las palabras sueltas, las metáforas prestadas, el erotismo insistente de lo desconocido. La soledad es una urgencia como la vejez un momento de la vida, porque sólo dura mientras andabas buscando –insolencia, la del viejo, la que no tiene arreglo.

Me he puesto a escribir de todo esto en un momento en que me falta un poco el equilibrio, no me queda para nada el secreto goce de la espera. Me lo tengo que imaginar, igual que el erotismo: “la noche del oráculo” de Paul Auster el que más sabe de amor: “en cuanto entremos por la puerta, arráncame la ropa, párteme por la mitad”. Habría que dejarse las ingles en el esfuerzo, hacerse la ilusión que estaba todo nuevo, que era por primera vez. Es una colisión hacia lo desconocido, los pechos bien difíciles, o sino -insistente, como Gutiérrez, “perder consonantes y sobar trozos de mujer con los ojos.”

Tampoco es preciso que me lo hagan los ojos sin querer, por inercia, por querer siempre tener a la mujer cerca. Me tengo que callar, me suelo callar y volver a dejar un libro donde estaba.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahi , como bien dices navegando y en los compartimentos estanco, los q sirven para guardar el equilibrio en el barco de la vida.. quisiera ser compartimento estanco, alli donde se acumula la soledad y de vez en cuando nos llega lo q en cubierta ya paso de moda, esperando q entre esas cosas nos llegue ese reflejo trasto para otros, y nos sirva para acompañar esa soledad y disfrutarla con el tacto, porq difícil veo poder ver entre luz la compañía.. pero gusta sentirla sin diferenciar si es morena o rubia, gorda o flaquita, pero si dentro de nuestro cuerpo.poniendo un poco de pimienta.
Después seguimos.
Besos maria dolores.

Anónimo dijo...

Te sigo....detrás de ese baile de letras que te envuelve siempre.
Sigo muy delicada,esperp pase todo pronto.
Ana
Los libros son el mejor viático que he encontrado para este humano viaje

(Miguel de Montaigne

Fran dijo...

Eso, luego seguimos, María Dolores. Te quiero sin importarte demasiado distinguir esos compartimentos estancos, dónde guardamos cada uno las soledades y dónde está verdaderamente la compañía...y la luz.

Un beso

Fran dijo...

Ana, es precioso, que estés bien del todo pronto, termina tu calvario, eres fuerte, pasará antes de lo que crees. Junto a los libros, pon mi compañía y mi admiración.

Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

La soledad a veces es obligada y a veces es deseada como necesaria, como una elección sin remedio y sin solución.
Tener una mano amiga que se pose en tu nuca, una voz calida que te diga "no pasa nada" Fran eso no es soledad.
La soledad de los que no estan solos, es a momentos, a impulsos, la soledad de los que son amados y aman,es una soledad de huecos necesarios, de mantener la individualidad de cada uno, de sentirnos uno y no dos aunque sea solo una vez al día.
La soledad de los que elegímos estar solos, solos simplemente eso, solos, es preciosa, pero carísima
hay que pagar un precio por ella.
El precio es ella misma.
A veces los libros estan bien donde estan, recuerdan con afecto a sus destinatarios imaginados y son un nexo de unión quizás lejano, pero
real.
un besahuecos hoy lluvioso
Garanza

Anónimo dijo...

Ana, según tus palabras estas un poco delicada, espero y deseo que te recuperes pronto, y sí, los libros y la musica son muchas veces excelentes terapias,
un beso
Garanza

Fran dijo...

Tu respuesta no puede ser más precisa ni más preciosa como por un error mecanográfico, le he expresado a Ana que necesito que recobre su salud. Tu respuesta es una solución a la vida escueta y sola, y como muy bien dices, carísima.

Yo no me doy cuenta -quizá, necesito que alguien sepa decirlo con la precisión de tus palabras, que tengo una soledad acompañado y obviamente con un gran valor.

Sabía qué prefieres que los libros estén donde están, lo sabía de antes. No me importa, siempre tengo sitio para ellos, incluso para los que son míos a medias.

Un besahuecos, siempre, tengas el tiempo que tengas.

Gracias por tus palabras para Ana, es una gran amiga de leerme hace tiempo. Se recuperará, seguro.

Anónimo dijo...

Querido amigo, en esta vida no podemos tenerlo todo por eso necesitamos de los sueños, eso sueños que cubren esos espacio, ya difíciles de llenar, a veces nos lamentamos de cosas que en ocasiones las hemos podido disfrutar y por y por principios o por respetos a nosotros mismos y a quienes nos rodean, las hemos dejado estar.
Pero como usted bien dice, estás los ojos, los ojos que penetran en lo más profundo de nuestras alma y que solo con una mirada basta para hacernos felices, gozar de lo bello elevarnos a lo más alto, Fran, esa soledad que tanto nos acompaña, a veces, claro, esa soledad es el camino que nos lleva a los sueños.
Pero no diga usted que le falta equilibrio, ya imagino por que lo dice pero ni aun así, habrá quien o cosa, que lo doblegue, y ahora con una sonrisa le digo lo que pienso, pienso que será un viejo malvado y que ni después de muerto podrán doblegarle, solo podría doblegarlo su pluma y esa, la maneja usted, así, que no me agradaría ser yo la que lo intentara.
No fuese que resucitara y me regalara la mirada que jamás me habían regalado, Fran, espero no se enfade usted con mis palabras, quiero que sepa que para mi, los muertos son como los vivos y que a veces hay que hacer algún que otro chiste para seguir viviendo.
Caray, le iba a escribir le quiero y eso no se puede hacer en estos espacio, podría dar lugar a malos entendidos.

Un besote sin permiso y una sonrisa, siempre
Ley.

Fran dijo...

Pues lo quiero todo, los sueños y la realidad más dura y cruda para que en cada mirada –cuando las haya, en cada palabra suelta o encogida encuentre lo mejor, lo que más ansiaba.

Sí; el equilibrio no lo tiene casi nadie, saber a dónde llegas, si es que llegas al hacerte viejo, no sé si malvado o no, tanto da.

Algo tienen los muertos parecido a lo que tienen los vivos, y por cierto nunca me han dicho te quiero y lo tomé por un mal entendido, o al revés si lo dije yo.

Mis páginas están blancas y abiertas, falta todo, cabe todo.

Beso y sonrisa

Anónimo dijo...

Porq querer sentir la soledad de otra persona? la q imaginamos en esos momentos de soledad, cuando casi ni podemos tirar de la nuestra,cuando intentamos decírnoslo estamos solos o q bien se vive asì, sin q nos digan cuando y como,nos auto controlamos para no dar gritos y al menos escuchar alguien q nos acompañe, la voz o el sonido de un lamento. los besos ya hasta dejaron de tener melodía, porq no hay presto nadie arrogante a darlos. porq eso sì enviarme si q me los envían y bien recibidos, da gusto repasar los escritos esos q desperdigan besos y una los convierte en amante.Lo necesito y asi los ratos en penumbra cuando ni la lectura hace mella, acaricio mi rostro y la sonrisa de oreja a oreja, recordándolos.
Erotismo de lo desconocido y si esperado.gusta velar en la oscuridad de la noche recordando o inventando las posturas màs eróticas de la vida, cuesta menos intentar descubrirlas.
Besos maria dolores.

Fran dijo...

Qué bien, maría dolores, que tú me entiendas en eso del erotismo de lo desconocido. Es que yo con lo fijo, con lo conocido nunca tendré bastante.

Haces referencia que a veces ni los libros bastan, pues mira que me pase a mi ya es difícil y sobre todo tuve unos años de vida en que leyendo lo mismo, mucho, o sea leyendo, me asomaba a la ventana, llamaba a la gente, me conectaba al mirador de internet y también necesitaba ese erotismo, esas caricias y fui hasta imprudente.

No me arrepiento, ni de una postura, eso que cuentas. Son las mejores.

Besos de Fran