viernes, 16 de mayo de 2008

Cómo me gustaría aprender a escribir

El título no es mío, es de alguien que tengo muy cerca. La razón tampoco: “porque la vida es tan corta que no nos permite más que ser aprendices de cualquier cosa.” (Gregorio Marañón) Aprender a escribir como si hubiera descubierto la manera de empezar, con el Diccionario al lado, como un libro de horas. Aprender un estilo: que el tiempo sea definitivamente mío así. Escribir para tener un desahogo, decir lo que no puedo decir a nadie. Luego tendré la indecencia de que lo lea el que quiera por una palabra que le llama, un gesto que sabe mío, una insistente manera que tengo de ponerme frente al papel, el papel de cristal de 17 pulgadas. Así no me angustio del todo o me como mi propia angustia, no lo sé.

En todo este tiempo no encontré otro camino: fui a ver si aprendía a escribir leyendo, por eso permito que alaben mis lecturas cuando no es nada más que pasar mis ojos por los libros. De ellos he ido sacándolo no casi todo, todo. Escribimos cada uno con las palabras que escribieron los demás, lápiz junto a cada página a ver si acaba siendo verdad lo que le ocurre a Ángel González García en sus ensayos sobre arte, “`pintar sin tener ni idea”.

Escribir sin saber hacerlo, con una inspiración como decía Umbral que dura medio folio y tres o cuatro metáforas; caminando por el mundo para explicar, más o menos, lo que le pasa a los demás que hemos leído, como un vacío del último lenguaje que nos deja la vida. Cómo me gustaría ya que soy un enamorado de la palabra, saber utilizarlas, unen y separan, pero es lo único que nos queda entre los hombres. No saber escribir es la pérdida de la felicidad, la única que hubiéramos podido llegar a sentir. Mezclados de palabras somos más, nos unimos como en un bar de ambiente que tiene la vida, la dulzura de la palabra ajena cuando ya se rompió la nuestra.

Pero no puedo aunque lo intento, tengo el lápiz a mano siempre, subrayando lo que dijeron los demás con la desvergüenza de saberlo ajeno y dejarlo escrito como propio: un coloquio de caricias, un intento de buscar la belleza ajena –dime lo que dices y pongo que lo digo. Repetirlo sin que lo note nadie es mi cresta de placer ya que no me quedan los corrientes, por eso admiro tanto estos días los regalos de “Limón Ceutí”, su memoria paciente y reciente, para ver si acordarse es lo ideal aunque a partir de cierta edad ya nada es ideal, ya se rompe cada día el proyecto de mendigarle a la vida, la vida.

Cómo me gustaría aprender a escribir pero no puedo hacerlo. Tengo demasiado cerca ya la torpeza de los viejos, las camisas de otros años, los mismos recuerdos y no saber contarlos. Necesitaría, sin acordarme ya de la edad que tengo a ver si es posible, en una especie de pathos arrebatador de tranquilidad y entusiasmo llegar o a la realidad del día y saber contarla, o a la memoria aunque tenga la barandilla demasiado alta.

Habría quizá que volver a escribir sobre el papel empeñado en ser papel, pautado para que no se me vayan demasiado las líneas, un rato luego de leer para saber explicarme a mí mismo la melodía interna que tiene cualquier vida. La mía la estoy terminando pasando por mis ojos los libros como bien me dijeron con cariño hace días y por eso me gustaría luego aprender a escribir para contarla aunque ya solo pudiera hacer llegar en verso del poeta Vicente Gallego, “el carbón de mi edad, la oscura alpaca/que ayer fuera orgullosa platería.”

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes una palabra exquisita, un verbo iluminado, leerte es todo un placer para los sentidos, una sensibilidad que emociona, tu escritura invita a soñar, es un goce recrearse en tus líneas. Ojalá sigas deleitándonos con tus magníficas reflexiones.

Incondicional lectora, del lectoreterno.

María.

Anónimo dijo...

Yo aùn me pregunto ¿porq tan torpe? quizas por los azares de la vida no dediq ese tiempo q debia a las letras.Bueno siempre hay momentos de arrepentimiento, pero ya los años no perdonan y la mente se aletarga.
Tù sigue escribiendo, me llena de ilusiòn ver q existen personas q lo saben hacer con tanta seguridad y soltura.
El amor a las letras se nota en cada frase, en cada rincòn de un escrito, q a veces intentamos disimular, pensando y si nos descubre.
Yo sigo en tus letras o las persigo por mejor decir.
Besos maria dolores.

Fran dijo...

Te conozco ya unos cuantos años en que sigues mi escritura y es un placer para cualquiera que escribe, mejor o peor, tenerte a ti. ¡Eso si que es crearse!

Me encanta que me llames "lectoreterno" que es como me conociste.

Un beso "eterno"

Fran dijo...

A mí es a quién ya los años no me perdonan, maría dolores.

Pero una forma de defenderme es escribiendo. Me vale la pena como descanso y desahogo y para que haya personas como tú que persigan mis letras.

Es una persecución tan honesta y tierna que me gustaría saber agradecértela. No se me ocurre otra forma que seguir escribiendo.

Besos de Fran

Anónimo dijo...

Ángel González García en sus ensayos sobre arte, “`pintar sin tener ni idea”.

Fran, de lo que subrayas de esos libros que son ya, parte de su vida, siempre nos hace pensar, reflexionar, recuerdo cuando empecé a pintar, de esto, hace cinco años, empecé sin tener ni idea, no sabía donde esconder mi dolor, donde refugiarme para encontrar algo que tapase ese hueco, ese dichoso hueco que nos va haciendo la vida, ahora pienso que quizás hubiese sido mejor aprender a escribir pero lo intenté y no me llenaba ese hueco, creo que la lectura es como todo, necesita calma para disfrutar de ella y yo, no la tenía, probé escribiendo, que me era más fácil pero mis letras fueron un fracaso.
Seguí caminando y tropecé un taller de bellas artes, me paré y me pregunté, y si lo intentas? Otros lo hacen? Piqué a la puerta y abrió un señor mayor con acento argentino, es usted el profesor, sí, soy yo, admite usted en sus clases a personas mayores y analfabeta? Por su puesto, señora, nadie nace enseñado y nunca es tarde para aprender. Marché y volvía al día siguiente, han pasado cinco años y mis pinceles no descansan, ni en sueños como tampoco descansará su pluma, por que nosotros no se lo permitiremos.

Mi beso y este, sin permiso

Fran dijo...

Mi querida dama, cualquier intento en la vida donde se pone empeño e ilusión nunca es un fracaso, es algo que no ha salido como queríamos simplemente. Y tus palabnras no desmerecen de ninguna.

Yo he visto en otro lugar pinturas tuyas y pienso que hizo muy bien aquel señor argentino del taller de bellas artes, de abrirte las puertas y de explicarte que sólo es inculto el que no quiere aprender. Ése no es tu caso.

Me alegro mucho de esos cinco años, de tus pinceles donde pintas tu vida porque pones tu alma en ellos.

Y para besarme tienes permiso siempre. Yo ya me lo había tomado.

Anónimo dijo...

No es preciso que aprendas a escribir. Ya sabes escribir e inicias tu andadura literaria con ese "hola" a la vida en cada gesto de cada mañana que empieza. Recreas sobre ese papel, ilusiones, angustias, torpezas, aciertos, nostalgias, amores, abandonos... Ya sabes escribir, lo aprendiste hace mucho tiempo cuando tu voz te resultaba insuficiente y tus pensamientos te obligaban a utilizar la palabra escrita para dejar tu huella sobre los que tenemos la suerte de compartir alguna de tus páginas diarias.

No necesitas aprender a escribir... tus renglones son tu enseñanza.

Desde mi "exilio"... mi mano alargada y ese beso que solo a ti te pertenece.

Para tí Maria, un tierno abrazo y a los demás un cordial saludo.

Bolboreta

Fran dijo...

De verdad, Bolboreta, intento cada día ir diciendo lo que tengo dentro, que tú mejor que nadie sabes que es mucho. Que tu mejor nadie, repito.

Tengo estos días satisfacciones junto a un hombre viejo como yo, pero que al le acompaño algún rato su derecho a soledad. Es mi hermano más que lo fue nunca.

Y me quedan por escribir las mejores que escribiría si pudiera ser. Porque me envolvías con las tuyas, me obligabas a necesitarlas.

Tu exilio es mi exilio, tu beso y tu beso siempre lo tengo como tú tienes el mío.

Fran dijo...

CORRECCIONES A MI ÚLTIMA RESPUESTA A BOLBORETA:

debí decir: "al que le acompaño algún rato su derecho a la soledad"

debí decir sobre todo: Y me quedan por escribir las mejores PALABRAS...

Las prisas porque no puede ser.

Shssss

Anónimo dijo...

No creo que te resulte dificil escibir Fran, en tí es un don,como otras personas tienen otros.
Siempre me gustó como unes letras para formar esas palabras, esas frases tuyas tan certeras y atinadas.
No sé, quizás tus escritos estan destinados a unir a personas que no se conocen, pero coinciden quizas en el tiempo o en el momento leyendo algo tuyo, un nexo.
¿Curioso verdad? escritos capaces de unir a personas anónimas en una opinión, en una lectura.
Sigue con tus palabras unidas con sabiduría, a la vez nos haces un regalo.
Un besahuecos algo tardío

Fran dijo...

Has escrito, Garanza, algo que me ha llenado de satisfacción leer. No sé si tengo don alguno, pero ansia sí, necesidad, también. Me refiero cuando hablas de crearse un nexo entre personas anónimas. Si sirve de algo a alguien es un regalo leerlo.

Tu besahuecos, siempre a tiempo, como el mío. Los huecos siempre están.