Más o menos lo que vengo escribiendo aquí con manos lentas y a veces involuntarias, no sé pues si bien hecho o sin deber hacerlo. Pretendo preferentemente que sea un cántico al esfuerzo que no tenga significado de sacrificio, sino manera de dar a entender, al contarlo, que sólo existimos dentro de nosotros mismos, lo que permanece siempre inmóvil de lo que nos resulta tan difícil escaparnos.
Seguro que no me voy a morir de pena aunque a veces recurra al viejo traje caduco de la soledad y a su mundo de belleza interno, no lo dudemos. A pesar de su dosis de miedo a veces -precisa y fundamental- que podríamos llamar simplemente respeto propio y ajeno.
Entre manos pero como buscando siempre el tacto ajeno, desde ellas, desde donde pueden visitarse todos los sueños, el lenguaje de los territorios ajenos escondidos. Existe una magia allí donde la palabra se detiene y se agosta, sólo queda la corriente que pasa de una piel a la otra. Y en ese tacto, la insistencia para poder así notar la ternura que puede tener en la espalda la forma de un abrazo.
Pero vine a decir que entre manos y entre escritos ando buscando esa especie de paraíso que contando con nuestros dolores, con nuestro tedio, nuestras decepciones, lo tenemos aquí tan cerca que está en este mundo. Mientras, haciendo uso de él, uno no puede morirse de pena cuando tanta gente, cada vez, cada momento, anda muriéndose así mucho antes de hacerse vieja. Ni tiempo tuvo apenas.
Llevará razón Paul Auster cuando dice, muy seguro de él, que no hay necesidad de palabras, no hacen falta apenas cuando sabes lo que te traes entre manos. Uno puede ir así venciendo el mal oscuro de vivir sin tener que dar cuentas a nadie. Ya tenemos un arma poderosa: nuestra propia resistencia, su camino que le dieron trazado y que ya dará cuenta de él, a quienes queden detrás o a quienes están presentes. Resisto como puedo, eso vengo contando, pero sin pena, sin dejar restos que no sean propios, tan inevitables, que no puedo cambiarlos porque desde siempre los llevo entre las manos.
Pongo fuerza y pasión hasta en lo que me resulta extraño, soy capaz de ir entendiendo aquello que no entra entre las normas del más conocido y próspero entendimiento. Me acerco hablo y escucho, nada menos, como si fuera un proyecto adivino y cierto; recibo y admito la entropía que nos pasamos los unos a los otros; me queda como una especie de embriaguez sentimental pero duradera.
Hago posible todo aquello que me emociona, que llega hasta mí con la novedad de un requerimiento con una edad psicológica privada que no inventaron los romanos, se trata de una óptica personal, un paisaje de deseos permanentes con rigor de tiempo y circunstancia.
Y ya estoy de nuevo, más o menos escribiéndolo: tener entre mis manos todos los placeres que nos unen a los demás de una manera o de otra porque en casi todos esos momentos necesitamos estar vinculados a alguien, de cualquier forma, pero que no se nos escape de las manos con la constancia que tienen los días de venir uno detrás de otro.
14 comentarios:
Fran querido, aunque la soledad es única e inevitable aún cogiéndonos de las manos, el pesar, la melancolía, añoranza por algún sentimiento o recuerdo perdido. Sábete que mí mano está al otro lado. Ojalá mis palabras te arropen, cómo tus palabras mecen mis sentidos.
Siempre...
María
Siempre me transmites una cosa bellísima que tienes, María, en todas tus respuestas: una belleza propia, una manera de poner las palabras con cariño que no es fácil de hacer, no está al alcance de cualquiera.
Parecen mis escritos y tus comentarios, como un intercambio de correos hermoso y sincero.
Siempre ocurre así.
Fran, querido, lo que usted expresas nunca puede estar mal, lo haces por que le apetece, por que lo siente y por que le da la real, y lo más importante, por que lo sabe hacer, ya me agradaría tener sólo una parte de conocimientos literarios, de los que vos dispone, de lo que todos disponemos y no podemos escapar, es de esa soledad que nos acompaña durante toda nuestra vida.
Pues transcurramos a ese traje, si hace falta, querido Fran, todos sabemos que la muerte ha de llegar pero en eso no debemos pensar, llegamos al mundo sin pedir permiso y marchamos el día y la hora que traemos escrita, pero personas como vos, nunca morirán por que quedaron impresas en muchos corazones.
Llevará razón Paul Auster cuando dice, muy seguro de él, que no hay necesidad de palabras, no hacen falta apenas cuando sabes lo que te traes entre manos. Uno puede ir así venciendo el mal oscuro de vivir sin tener que dar cuentas a nadie. Ya tenemos un arma poderosa: nuestra propia resistencia, su camino que le dieron trazado y que ya dará cuenta de él, a quienes queden detrás o a quienes están presentes. Resisto como puedo, eso vengo contando, pero sin pena, sin dejar restos que no sean propios, tan inevitables, que no puedo cambiarlos porque desde siempre los llevo entre las manos.
Yo opino que si, que las palabras aportan el calor que llena ese espacio helado que todos portamos por eso cuando tenemos la necesidad de ser escuchado transcurrimos al folio y a la tinta, querido Fran, en lo extraño es en lo que ponemos más ímpetus, sabemos que detrás de cada descubrimiento, dispondremos de nuevos conocimientos, a veces los aplicamos y otras los ignoramos pero siempre queda algo imborrable, en nuestros corazones.
Hago posible todo aquello que me emociona, que llega hasta mí con la novedad de un requerimiento con una edad psicológica privada que no inventaron los romanos, se trata de una óptica personal, un paisaje de deseos permanentes con rigor de tiempo y circunstancia.
Precioso, este fragmento, Fran y siempre termina con broche de oro.
Y ya estoy de nuevo, más o menos escribiéndolo: tener entre mis manos todos los placeres que nos unen a los demás de una manera o de otra porque en casi todos esos momentos necesitamos estar vinculados a alguien, de cualquier forma, pero que no se nos escape de las manos con la constancia que tienen los días de venir uno detrás de otro.
Y que no falten, por que así, podremos disfrutar de sus letras, de sus huellas, de su talento.
Mis felicitaciones y un besote con su permiso
Ley.
Es indudable, querida Ley, que lo eres porque pones siempre mucho cariño e interés en tus respuestas, sabes desmenuzarlas, leerme con paciencia y con ese cariño de que te hablaba.
Tengo sí, ciertamente, conmigo, el mundo de las letras al que le he dedicado una parte de mi vida -y aún me parece escasa. Me hice hombre de niño con los libros, me estoy haciendo viejo con ellos y no hay ya vuelta atrás afortunadamente.
Lo que encontramos detrás ha sido y es sustento, ha ido y es senda y camino, índice de nuestra resistencia. Al fín y al cabo, como ves, coincidimos bastante en nuestros escritos.
Lo que más me gusta de ti y más te agradezco, es que siempre haya unas palabras, un hueco pronunciado de las mismas que te lo quedas como a medias, muy a gusto entre los dos. Es lo que vengo haciendo con miles y miles de páginas que ya llevo leídas, al menos de ellas tengo la idea que dentro y sólo hace falta, a mi manera, sacarla.
Si tú disfrutas de mis letras, yo de las que tú aportas.
Un beso más allá de que no haga falta ningún permiso. Es permanente.
Las manos no siempre esteticamente cuidadas, pero sì con el sabor de haber compartido el amor q como madre o amante, supo distinguir y compartio con todo esmero. El amor estaba sobrado, se derramaba como cantaro en la fuente, esperando el agua fresca.
"Si no fuera por los ratos de soledad" como hacer inventario y al mismo tiempo anotar q nos falta.....aùn por contar, de una manera u otra con frases o letras, abrir la razòn a la soledad compartida, sin intentar traspasar el otro Yo.Porq tenemos uno cuando lo compartimos reunidos entre amigos o familiares y luego està el otro.... q no queremos, pero invade nuestra intimidad y no siempre son encuentros felices...." pero no hay otra" seguir sin volver la vista atras..... sin pensar en un futuro, solo en el instante màs hermoso q se disfruta...... compartir nuestra vida, mirando la agenda de proyectos, porq en ellos està el firme proposito de reflejar la ansiedad de querer y amar. con una gran sonrisa y los ojos iluminados por la alegria de entender q hay frente a mì.Si con ello lleno mi vida, dando solo cuentas a mì alma..... y lo q llamamos conciencia, percibiendo lo q no en todo momento tenemos, pero siempre a nuestro alcance, solo tocar o disfrutar lo màs insignificante porq no siempre se puede alcanzar lo deseado..... por mucho q pongamos en el intento, resbalando semejante al baño en la mar .... q una vez seca, solo nos queda el salitre q descrebaja nuestra piel... la medida es esencial, un poco saludable, un mucho demasiadas exigencias llegando a maltratos lo q llamamos amor. y sin darnos cuenta nos afirmàn... q se llevarà entre manos,no siempre con la misma tonalidad de voz, acusando, destapando las fribolidades, o dando caràcter afirmativo, se le difumino en sus manos.
Solo nos queda una cosa pendiente y firme....gran placer de tener entre las manos las silabas adecuadas, para trasmitir la amistad leal, hacer amigos en rincones ocultos a los ojos.... pero si al alcance de unas torpes manos..." como las mias".
Besos maria dolores.
Pues como ya echaba de menos tus palabras, María Dolores, empezaré por el final: siempre tendré pendiente -entre las manos- las sílabas, las palabras adecuadas para buscar los ojos, o las respuestas aunque sea con otras palabras.
De esa manera -me parece que tú también, y perdóname la osadía- hacemos inventario como dices con soledades y silencios de aquello que nos falta. A mí, al menos, siempre me faltará, créetelo, para vivir cada momento, para querer y amar, y dejarme querer y dejarme amar porque me quede mucho por alcanzar.
Yo tengo la impudicia -y en las respuestas lo veo también muchas veces- de ese derecho a la soledad hacerlo de alguna manera público, como algo habitual entre las manos. Puedo ser hasta frívolo, pero no desocupado, siempre he ofrecido, siempre ofreceré.
Besos
Gracias por echar de menos mis respuestas por llamarlo de alguna forma, pero son en realidad una pequeña abertura al almacèn de la soledad, con muchas estanterias y huecos de lo q entregamos y con descaro quisieron devolver y no llego a su lugar preferente, en el trayecto se quedo perdido, o vete a saber si es cuestiòn del repartidor q usurpo la esencia y se desmantelo la vitrina q ocupaba su lugar.
Besos maria dolores.
Más, María Dolores:
Claro que te echaba de menos, llamándolo de la forma que es, de menos, cuando se siente cerca algo o alguien a lo que damos valor.
Estanterías llenas de huecos tenemos todos -o ese me parece-. Tu lugar preferente debe tener, por lo que te he leído, mucho valor. Si en el traslado tú lo entregaste y se perdió, lástima, porque ya irás contando cómo es esa vitrina. Si es posible no la desmanteles del todo porque el tiempo lo redime todo.
Besos
Me pregunto, q tengo entre mis manos? la razòn me dice, volatizo o le pusimos demasiado aroma, nos pasamos de cuenta? o les falta el olfato? vete a saber, porq la vida o el transito por ella nos dà esas sorpresas.. ahora estoy segura q lo quise hacer de la mejor forma, entregando lo q yo tengo dentro de mì, solo q se ve q soy escasa en contenido.... o se me escapan las mejores, como diria mi hermana. Pero no creas q me hace retroceder, cada uno tiene su punto de mira en lo q llamamos vivir y sin juzgar, hacemos un camino a nuestra manera.El caso es sentirse feliz, y restificar en los errores. Habrà q lavarse la manos....antes de retener lo esencial de nuestra vida, lo q creemos es imprescindible.
Me parece q el tener una pluma al alcance y un teclado nos hace màs felices.
Besos maria dolores.
Estoy seguro que lo hiciste de la mejor manera. A todos luego la vida nos da sorpresas y dejamos pasar, como te dicen, momentos y ocasiones que debimos quedarnos con ellas.
Rectificar errores, creo que ya no puede ser María Dolores. Quedarse con lo esencial, creo que todos lo intentamos. Yo con este teclado me defiendo, defiendo…
Besos
Y tanto q te defiendes.................. ¿ y el corazòn de las mujeres?..
Gracias fram, por el detalle, detalle a lo q llaman el sexo fragil.
Amigas jamas te faltaràn.... y confesiones entre lineas.
Besos maria dolores.
Yo vuelvo, te leo, te abrazo y me voy.
Me gusta leerte, será también que un poco de mí se reconoce en tu taller.
Lo dicho, muchas gracias.
J.María
De verdad, María Dolores, es una defensa porque mi corazón está con las mujeres.
Las amigas las necesito y las confesiones...también.
No vuelvas, no te vayas, quédate, J.María y deja tu abrazo. A mi taller es fácil llegar, para eso, para quedarse.
Es mi felicidad que procuro devolver.
Un beso
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