miércoles, 8 de octubre de 2008

DOBLE FONDO


Por Salvador
Sentado a la mesa de despacho de mi padre y en su lugar, registro sus papeles tres días después de muerto.

En el cuerpo de armariada y cajones de la izquierda, si llegas con la mano al paño con que el mueble cierra por detrás, descubres un orificio circular por donde, al meter el dedo y tirar hacia ti, cede la chapa, apareciendo un espacio vacío a modo de doble fondo o caja fuerte, donde guardar los papeles más comprometidos.

En lugar de documentos o títulos valores, me tropiezo con mi carta de niño desde Ronda -donde hice el servicio militar, con una foto olvidada, un sobre raído rotulado por él “Recuerdos de mi pobre padre”, con recortes de la vida del abuelo, cuatro cosas que, al fin y al cabo han venido a ser tu vida, naderías que te sacaron las lágrimas un día.

Mi carta rezaba así:
“Montejaque, 3 de Agosto de 1956.
Querido papá:

Siento deciros que no me esperéis en la semana de permiso de jura. Se sorteó la permanencia de 13 cadetes para la limpieza del Campamento durante la licencia, y de más de 3000 que somos, me tocó a mí. Mala suetrte.
Mala, o buena, ve tú a saber, que no hay mal que por bien no venga. Me quedo sin ver a Lucy. Pero, de los 3 días de permiso, consumía 2 en ir y volver. Ya sabes que los viajes no son mi fuerte por el oído. Y más de 24 horas de autobús de seguro que me hubiera mareado de mala manera. Por otro lado, que habitemos 13 del Campamento, donde hemos estado 3000 amontonados, tiene también su atractivo, ver en soledad la transparencia de la Serranía al ponerse el sol, oír el toque de silencio en la tienda donde dormíamos 20, sinotra compañía que tus propias pemnas. Hay veces que no cambiaríamos por nada el bien de estar solos.
El mes y medio que queda se pasará en un vuelo y me veo ya en la estación con vosotros peleándonos. Recibe un abrazo de tu hijo.
Salvador
El chiquito no sabía que la soledad no existe sino cuando estás en mala compañía.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me desplazo a Montejaque, con su linda serrania, escases de agua? a q sì¡¡.
Pero la monotonia se aparta al salir de el a Ronda, asomarse al tajo y porq nò, tomar unos vinitos.
Cuantos secretos se llevaron nuestros padres? solo q si tomamos cuenta igual lo hacemos ahora.
La soledad no existe... al menos en esos rincones de la casa o lugar donde transmite los cariños q fueron esparcidos.
Besos maria dolores.

Anónimo dijo...

Tiene usted toda la razón, amigo, como dice el refrán, más vale solo que mal acompañado pero el ser humano es tan complicado que nunca está conforme, la carta muy emotiva, en ese detalle se aprecia la sensibilidad de su padre, no todos guardan las cartas u otros detalles de los hijos, yo creo que guardo demasiado jaja son cosas tiernas e inolvidables y que si nos tropezamos con ella, es muy difícil contener las lagrimas pero son lagrimas dulces, a que sí?

Un besote con su permiso y gracias por seguir compartiendo

Anónimo dijo...

he leído detenidamente su comentario y le agradezco el elogio de mi padre y su aliento.

Salvador