martes, 1 de enero de 2008

Hice memoria

Terminé el año manteniendo la distancia porque sino en la vida duele todo cuando te acostumbras a ello, cuando sabes los orígenes antiguos o recientes. Terminé el año con la cercanía propia de quién estuvo en mis orígenes, su memoria lo recuerda, lo cuenta como si lo hubiéramos mal vivido adrede, pero para mí fue ya como una advertencia del placer de leer la vida entera y a él le quitaron el habla, dice, y dice bien que aún no se la han devuelto. Yo a estas alturas de nuestra vida voy colgando en este medio inmediato y poderoso, cosas que recuerda su memoria.

Terminé un poco antes el año –no iba a ser menos- con su mejor obsequio: un libro que olía a libro viejo, páginas amarillentas, summa literaria de las obras completas de Herman Hesse. Nada más abrirlo su impecable y exacta dedicatoria con su lápiz viejo: “Regalar un libro a un librero es como vender miel al colmenero. Es por eso que le he añadido “el dolor burgués de Mauriac: “Nuestro dolor es ya un lujo: Poder retirarse a rumiar el propio sufrimiento, poder encerrarse en una habitación a llorar ya no es sufrimiento.”

Bien lo sabes porque ambos tenemos propia habitación, propio sufrimiento, aunque el mío anoche tuvo tintes hermosos que dejaron señales.

Y nada más quiero decir hoy sino transcribir esa pequeño recuerdo infantil por si alguien me sigue considerando niño, que así debe ser, que así lo establecimos.

MEMORIA DEL TITULAR DEL BLOG

"Traigo hoy una brevísima referencia del titular del blog que, no por anecdótica, me parece menos perspicaz y premonitoria.
Por haber nacido al estallar la guerra civil y dado que, en aquel tiempo, se cultivaban por aquí y con fervor tales adicciones, no se le pudo bautizar hasta que terminó la “Cruzada” –delando tras sí y mediante un golpe de estado bajo palio, un millón de muertos por diferencias de conciencia.

Tendría entonces el titular del “blog” tres o cuatro años. Y teerminada la solemne ceremonia en San esteban, la familia e invitados y al pie mismo de la pila bautismal, le preguntó el oficiante todo ufano, si le había gustado. Su respuesta fue terminante y lapidaria:

-Ota ves, no

A mis setenta y cinco años hago mías –sin quitar ni añadir tilde, sus palabras, ya que cuando fui protagonista, tendría menos de un mes de vida y me faltaba el habla. Y me sigue faltando, que me la quitaron entonces y no me la han devuelto."

S.M.R.

Te quitaron el habla, que tú quisiste tener, pero no la prodigiosa memoria de emplear las citas sin leerlas. A mí anoche me trajiste –eso dices, como miel al colmenero, más miel, un libro entrañable y viejo.
A mí anoche me llamaron mi niño otra vez para que lo recuerde siempre.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando nos sintamos agobiados por los problemas, el cansancio o el dolor, digamos con firmeza:Otros están peor.
Ese es nuestro consuelo, el consuelo de nuestra alma.El tiempo cierra heridas y suaviza
resentimientos.
En este nuevo año,quiero expresar mi gratitud, por tener tus palabras en este blog y aprender mucho de ellas.
Ana

Fran dijo...

Cierto lo que dices que otros están mucho peor, muy cierto, Ana.

Yo no creo en eso de que el tiempo va curando, sobre todo cuando no tengo resentimientos, sino todavía un gran amor.

Y otro a ti por tus comentarios. Eres un ángel.

Anónimo dijo...

Pongo la letra de una canción que no tiene desperdicio,si nos detenemos en ella.
Tiempo es una palabra
que empieza y que se acaba,
que se bebe y se termina,
que corre despacio y que pasa deprisa.

Tiempo es una palabra
que se enciende y que se apaga.
Ni se tiene ni se atrapa,
no se gira ni se para.

El tiempo no se detiene,
ni se compra ni se vende.
No se coge ni se agarra,
se le odia o se le quiere.

Al tiempo no se le habla,
ni se escucha ni se calla.
Pasa y nunca se repite
ni se duerme y nunca engaña.

Tiempo para entender, para jugar, para querer.
Tiempo para aprender, para pensar, para saber.

Un beso dura lo que dura un beso.
Un sueño dura lo que dura un sueño.
El tiempo dura lo que dura el tiempo,
curioso elemento el tiempo.

El tiempo sopla cuando sopla el viento.
El tiempo ladra cuando ladra el perro.
El tiempo ríe si tu estás riendo...
Curioso elemento el tiempo.
Un abrazo donde no pase aire .
Ana

Fran dijo...

Eres un cielo, Ana. Efectivamente no tiene desperdicio tu canción. Me quedaré con el tiempo que cuentas y con ese abrazo por donde no debe pasar el aire. Ya sabes que lo necesito.