domingo, 19 de agosto de 2007

Todavía no tengo el resultado

Todavía no tengo el resultado de muchos comportamientos a los que me ha ido obligando la vida, o situaciones que yo voluntariamente he buscado. No sé del todo como soy con la gente, mi forma de acercarme o de quedarme, qué tal soy más allá de las frases cordiales de siempre. Saber de ti lo que gustas y aquello por lo que no agradas, qué razones tuviste del éxito o del fracaso, qué no supiste hacer bien. Repetimos muchas veces comportamientos sin saber por qué, sin venir quizás a cuenta, entra uno dentro del hábito de la repeticiones e ignoramos el original cómo fue para los demás.

Son demasiadas las escenas de las que quisiera saber su final antes de llegar al final. Resuenan nuestras voces, hay un eco cercano que las escucha, pero qué le parecen, qué le parecieron a estas alturas de la vida. Fueron muchas las veces en que me ejercité incansablemente sin venir a cuento o el tono era equivocado. No lo sé, no me lo dijeron claramente del todo quienes debían decírmelo.


Hay un área muy difícil de saber, cuando tu cuerpo se acoge a otro cuerpo, tu sentido a un sentido cercano pero ajeno al tuyo propio. He buscado saber muchas veces el resultado y sigo sin saberlo Se juntas tantas cosas, incluso algunas que nos las puse yo que me siento totalmente desorientado. ¿Qué estoy pareciendo tantos años, qué estoy pareciendo desde ayer, desde el primer gesto, la última palabra, desde mi manera de ser?


Siempre he intentado no parecer demasiado extraño, asequible, fácil, pero yo a mí mismo me respondo en muchas ocasiones, que no soy nada sencillo, que a lo mejor hay que dejar que te vean, que te juzguen no, por favor, que simplemente tengan en cuenta que llevas ya aprendiendo desde lejos, desde hace mucho tiempo modales y maneras que tienen también el tono amable de las palabras enteras cuando son verdaderas, una manera de ser y ya es bastante.


Me viene ahora a la memoria una cita que hace días leía de Heráclito en boca de un poeta: “el camino hacia arriba y hacia abajo es uno y el mismo”. Por eso yo no sé qué hacer para sentirme hacia arriba y que les parezca a los demás para que al final me den un buen resultado de mi análisis. Mi almanaque de debilidades es grande pero a eso hay que unir que cada vez tengo menos resistencia para ir hacia abajo, de la mano de Heráclito.


Necesito saber el resultado del examen, sobre todo de las personas que quizá alguna vez supieron entenderme. Ya sé que con el verano no se acumulan demasiado los aciertos, da lo mismo, porque llevo una vida detrás con muy pocas actitudes que han supuesto una queja verdadera, un impedimento, un freno o una barrera a que hicieran de mi lo que quisieran. Ha llegado el momento que con tanta sombra como me traen los años alguien ponga un poco de luz, ese poco de afecto que hace falta a ratos, casi siempre.


Ha llegado el momento de saber, ¿y si no hubiera suspendido el examen después de todo?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi querido amigo, hoy te digo que te que quedes con la frase que has escogido de Heráclito. Nosotros somos eso, un camino que sube y que baja, que a veces no va a ningún lado, pero otras, en cambio alcanza su meta.

Creo que no deberías someterte al análisis de los demás. Uno vive rodeado de gentes a las que interesamos o no, que nos quieren o nos ignoran, a los que simplemente les parecemos uno mas o, por el contrario, nos encuentran seres especiales.

Las personas que nos aman, que nos quieren, las que comparten vivencias y afectos con nosotros, no nos ánalizarán, solo nos asumen y nos quieren.

No te eres un proyecto sometido al análisis, no tienes que demostrar nada, ni siquiera a tí mismo porque tienes algo que te define: "eres honesto" contigo y con los demás, asumos tus carencias y tus limitaciones, tus esfuerzos y tus entregas.

Es lo mejor que puede enseñar de sí mismo una persona. La pureza de su alma, y tu la enseñas en cada una de tus acciones, en tus párrafos, en tus escritos, a veces duros, o tiernos, o cargados de esas ilusiones que todavía esperas poder cumplir.

Esa sería mi definición sobre tí (nunca mi análisis). Así te veo yo.

Y desde mi rincón... mi beso

Anónimo dijo...

Has elegido una frase muy apropiada,quizá con tu manera de pensar y sentir.
No hace mucho leí a este filósofo ,para hace un determinado trabajo y me quedé con esta preciosa frase .Aun la llevo escrita en mi cuaderno de apuntes,siempre es bueno recordar...."Lo sabio es la meta del alma humana y, a medida que se avanza en sus conocimientos, va alejando a su vez el horizonte de lo desconocido." y es el alma el campo mas oscuro y misterioso con que tropezamos.No nos conocemos o tal vez asumimos esa incapacidad de comprender lo efímeros que somos los humanos.
No te atormentes buscando el por qué de las cosas Fran,todo sucede por una razón incompleta de nuestra propia historia.Somos complejos. Pero, por desgracia, el auténtico camino que lleva a la totalidad está integrado por rodeos y caminos equivocados condicionados por el destino,siempre son experiencias desconocidas y muy difíciles de comprender.A estas alturas de la vida,cuenta lo vivido ,calificar el grado de amor que hemos puesto en cada una de nuestras acciones y tu,has puesto siempre amor .Has aprobado todo lo que gira entorno a tu ser.
Vierte ahora y siempre todo sentimiento.Eres tu tal cual eres ,enriquecido de cultura y nobleza.No dejes de escribir todo lo que bulle dentro de ti ,todo es bueno,porque lo expresas con cortesía y nobleza.
Siempre......robaste a tu ser ....las madrugadas.
Mando dulces besos en el alma .
ANA

Fran dijo...

Pero yo necesito, bolbo, me analicen o no, que me quieran y tú lo sabes muy bien, que no me ignore nadie y no por vanidad personal, sino por esfuerzo para darme, para entregarme.

Ese es mi proyecto, naturalmente honesto, que se escapa con mis palabras, con cada esfuerzo, como antes decía. Y tú de eso, también sabes mucho.

De momento, si te parece, para seguir vivo con mis ilusiones, iré a tu rincón para recoger tu beso y darte el mío.

Fran dijo...

Es el alma, en efecto, el campo más oscuro y desconocido de nuestro ser. Lleva razón Heráclito.

Creo en mi propia honestidad, pero necesito, como aquí, como las tuyas, esa palabra igualmente honesta que me lea y me comprenda por la complejidad misma del ser humano.

Eso sí, seguiré escribiendo con lo mejor de mis sentimientos.

Gracias por tu beso que igual te devuelvo.