jueves, 9 de agosto de 2007

Hechos cotidianos

En muchas ocasiones no le damos valor a hechos cotidianos que se producen en el transcurso de nuestros días. Vienen sin buscarlos, sin llamarlos y pueden constituir instantes de bienestar muy valiosos. La vida es el día, éste momento, no sé lo que me ocurrirá ahora luego pero si es bueno y me satisface tengo casi la obligación de disfrutarlo y de agradecérselo a la vida.

Cada momento que me trae algo distinto, favorable, casi perfecto en su ajuste a mis capacidades receptivas me entra enseguida la imperiosa necesidad de pensarlo, de escribirlo, como de contármelo a mí mismo, antes que a nadie, de sacarlo de mi pensamiento y ponerlo en el papel timbrado de los acontecimientos cotidianos. Porque escribir para mí ya es como amar, se escribe igual que se ama o que se vive, no me queda más alternativa ni escapatoria que pueda resultarme más tolerable y satisfactoria.

Es como la felicidad del instante que se toma un retorno, las razones de los sueños que no necesitan razón, voy así tasando la vida para valorar la mía, experto, como digo, en esos hechos del día que llenan los días. Cuando uno llega a esa edad en que dices esto es lo que hay, tienes que darte cuenta cuando lo que hay es bueno que lo puedes convertir en alimento enamoradizo, en palabras quietas que te gusta escribirlas, en contárselo a los demás, a todos los que te quieren.

Yo busco siempre, entre lo que leo y aquello que escribo una literatura de satisfacciones, mi propia ropa tendida en el patio interior, mis calles, mis voces, la gente que se sabe para siempre mi nombre, que se queda con lo bueno que hice y perdona mis errores. Yo busco y cuento una literatura íntima que parece que no debiera contársela a nadie pero son las únicas actividades que me quedan: que alguien me deje su admiración suelta, que casi lamente no tenerme cerca siempre, que fabrique así mis propias nostalgias por si acaso se vuelven a producir de nuevo los hechos que las motivaron.

Ya sé que tengo a la vista lentitudes que no puedo ocultarle a nadie: miro despacio, en busca de la mágica lentitud de la mirada; camino más lento todavía porque me negaron hace demasiado tiempo que siguiera corriendo; me canso al final del día porque se acaba el día y por eso mi apoyo, mi voluntad de continuar otra vez, otro día, está en la posibilidad de encontrarme y recordar alguno de esos hechos cotidianos que me gustaron, que me devuelvan la capacidad para casi todo otra vez.

He de reconocer que tengo un hito de poner siempre al alcance ajeno, desde mis manos, el regalo de la comunicación, de la amabilidad, de la caricia a punto, del beso de los finales de la tarde; tengo una manera de acercarme para que me sientan simplemente cerca; nunca quiero poner punto final a esa proximidad con alguien; ando rotundamente empeñado que me quieran eternamente porque yo jamás voy a dejar de hacerlo.

La memoria tiene una cierta ventaja, forma la corteza del pasado, pero el instante, el suceso inesperado que acaba de ocurrir y ha proporcionado el alimento de sonreír, de querer que se repita, tiene más valor para los que cultivamos el hoy, su sorpresa, su inevitable envoltura que oculta lo que tiene detrás.

Como cada día tengo una pincelada propia que dibujar, un poema que escribir sin haber sido jamás poeta, hoy quiero únicamente un suceso corriente, una manera única de vivir el día distinta del de ayer, emocionante, única. Me basta cualquier cosa aunque me la proporcione un hecho simple. Ya me encargaré yo de darle empaque, importancia, tono de alcance, casi motivo de un nuevo insomnio por la noche.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

.....Nunca quiero poner punto final a esa proximidad con alguien; ando rotundamente empeñado que me quieran eternamente porque yo jamás voy a dejar de hacerlo.
Puedes confiar en tus determinaciones porque, tú eres un camino eterno y abierto, que tú eres un día luminoso, que en tu alma no hay estaciones, sólo las hay en tu mente, que hasta en el desierto más árido y seco hay una flor, que las lágrimas, como el agua, dan vida y fecundidad, que tú eres el mejor amigo de ti mismo, que tu alma es un cielo lleno de luz y de estrellas, que dentro de ti el rostro de la vida sonríe, que en ti está el sol radiante, sólo es noche si le das la espalda a esa necesidad imperiosa de comunicar ,-Porque escribir para mí ya es como amar, se escribe igual que se ama o que se vive, no me queda más alternativa ni escapatoria que pueda resultarme más tolerable y satisfactoria.-
El mundo, Fran, es ancho y no ajeno, sino tuyo porque tú eres el mundo, que norte, sur, este y oeste son puntos para tu elección, que tú eres amor pleno.
Estás destinado a dar, más que a recibir. Ten confianza porque, aunque tu mente te hable de puertas cerradas y de soledad, ése es un engaño temporal y pasajero. Tú estás destinado a ser luz para muchos que necesitan de tu luz y de tu amor. No te quedes encerrado en tu rincón. Haz que hoy sucedan cosas buenas.Lo cotidiano es bello,aunque nos resulte monótono:la sonrisa,el llanto,la conversación,el descanso,expresiones,personas,el AMOR......
Hoy ,como algo cotidiano ,vamos al encuentro de la felicidad porque deseamos ser libres interiormente y sin condicionamiento alguno.
Este es mi deseo.

ANA

Fran dijo...

Tu respuesta es excepcional, Ana, en cuanto a que me retrata y me da las únicas soluciones viables que me quedan. Pintas demasiado buenas mis cualidades, pero es verdad, muchas veces me paro en el camino, quiero más y no lo tengo, iniciativas que no partan de mí, no solo respuestas, generosidades como yo nunca las escatimo y esas carencias me hacen a veces llehar hasta las lágrimas, en ese cuarto vacío y solitario que todos tenemos.

Comunicarme abiertamente lo seguiré haciendo, escribiendo, viviendo como al descubierto. Pero hay una frase que quiero resaltar: “Estás destinado a dar, más que a recibir.” Y lo seguiré haciendo con personas que lo merecen como, tú y otros seres queridos. Pero no olvides que quien da siente muchas veces la necesidad del hambriento, el ansia de recibir.

En cuanto a la cotidianeidad, le seguiré dando el valor que produce a veces muchos sucesos intrascendentes en apariencia. Por ejemplo, y bien reciente, alguien a quien acabas de conocer, cambias unas palabras ajenas a cualquier mundo de sentimientos y termina acompañándote a la puerta de su tienda, entrelazadas las manos y besándote en la despedida de una manera inolvidable.

Luego eso existe, no está sólo en las novelas, en los libros que yo leo, lo llevo buscando fuera de la vida real, en un mundo virtual como es la red y ya sabes, ya sabes…

Pero sigamos como dices en busca de la felicidad, aunque sea algún instante, por ejemplo escribiendo que es lo mismo que amando.

Un beso

Anónimo dijo...

Cuando podamos comprender,retirando las telas que tejen la ignorancia de ser humanos,los límites que impiden; abrazar a las personas respetando y sin hacer daño,porque si las olvidamos matamos....Todos necesitamos el abrazo y amor....todos caminamos y terminamos en el mismo polvo "LA NADA"
Me gustaría comprender ,en todos sus matices, el aroma que la flor exhala al aire,que el corazón late y es para usarlo,siempre ,con buenos fines.....que hay palabras que te dañan y otras te atrapan en esa orla de poesía que,no atropella,que no critica .Por desgracia,ver mi mundo,viajar en él es......recapacitar en lo negativo de ese mundo:soberbia,rencor,rencillas,celos,envidias,todo eso va desgastando el alma.
Hoy andando por la gran Ciudad de asfalto infernal.He pensado que ,este día no es única en el calendario,que una estrella no es la dueña del firmamento,que la vida es tan fugaz como el vuelo de un pájaro .
Cuando me he parado para cruzar un semáforo,miraba sonriente a la gente - me gusta sonreír -porque me gusta prodigar ternura y amor al aire ,de lo contrario moriríamos asfixiados.
Si llegamos a comprender hoy, Fran .... Que la amistad es un rito. Que Dios es sagrado. Que la vida es sueño. Que el amor es soplo.Que el aliento es aire, Que todo es poco...Ese día ,inventaremos poesías
Ana

Fran dijo...

Antes que nada, Ana, quiero darte las gracias por enriquecer mi blog con tus respuestas, corrijo, con tus ayudas a lo que he colgado antes.

Me gustaría cruzarme en esa gran ciudad y ver que me sonríes sin haberme visto nunca ni saber quién soy. Es algo parecido a lo que contaba en mis hechos cotidianos. Muy hermoso por tu parte.

"Si llegamos a comprender hoy, Fran .... Que la amistad es un rito. Que Dios es sagrado. Que la vida es sueño. Que el amor es soplo.Que el aliento es aire, Que todo es poco...Ese día ,inventaremos poesías"

Con esa poesía tuya no se puede morir asfixiados.

Un beso

Anónimo dijo...

Poco puedo decir, despues de leer las intervenciones a este blog.

Quizá la felicidad estriba en no esperar nada, en dar simplemente a cambio de nada, en ofrecer lo mejor que cada uno tiene sin contar que los demás ni siquiera perciben el esfuerzo que a veces supone la rutina, lo cotidiano, las afectividades y las carencias.

Puede que simplemente estemos vivos por dar...

Un beso

Fran dijo...

Siempre tendrás algo que decir.

Tu definición de la felicidad es demasiado hermosa y valiosa que a lo mejor me siento incapaz de llegar a ella. Dar a cambio de nada sé que lo has hecho muchas veces y nunca me he quedado atrás.

Seguiré vivo como dices pero cuando tenga hambre lo diré para seguir dando después.Y esa hambre que que muchas veces siento es por la hermosura de lo que pueden darme. Lo necesito.

Un beso