lunes, 6 de agosto de 2007

Así de cerca


Así de cerca no me he sentido nunca porque para eso tienen que estar dos personas completamente conmocionadas, tienen que usar la misma terminología, dar una impresión de eternidad infectada, sin retorno, con todas las horas muertas entre los dos, una soledad compartida que no haya manera de dividirla, que deje de ser sólo soledad. Así no me sentí, ni supe averiguar cómo era.

Pienso que es una especie de calma de hechos consumados, de sueños irrepetibles, un compartimiento único donde cada expresión tiene ida y vuelta, la diga uno o la diga otro, dos cuerpos juntos que no tienen derrota, en todo caso perder es perder y basta.

Lo he probado todo, hasta esa teoría de que la mujer se queda con el que llora, me he pasado horas y horas tumbado boca arriba por ver si alguien me aportaba ese noveno grado perfecto y dulce, he malgastado los cinco últimos minutos hablando y escribiendo, me dijeron ¡qué perfectos! Pero en cada caso los borraron, los convirtieron en un gesto de ternura y no era eso, no era eso estar así de cerca.
Lo mío es no querer consecuencias como si fuera a ser una borrachera azarosa, una especie de mezcla de dos mundos que ni necesitan el sabor del primer beso; lo mío es mirar con unos ojos enormes, cósmicos, como si fueran constelaciones enteras y juntos mezclar los cabellos negros, apoyarse en todo y entenderlo todo, utilizar la casualidad de decir te amo como un descubrimiento mutuo, no lo sé, ¡caramba! La rabia que debe dar tener las manos entrelazadas y tener que dejaras sueltas porque quedan pendientes las caricias.

No, así de cerca, nunca: esa especie de droga de sobremesa, de no oponer resistencia nunca, de no separar tampoco las bocas, los alientos, dejar que las palabras del amor lleguen hasta el esternón, eso, eso debe ser abrazarse, no se me ocurre otra definición. En esos abrazos se comparten los misterios, todas las equivocaciones, en ese abrazo se acaba gritando siempre, eso dicen, eso dicen porque jamás he gastado esos abrazos.

Tengo el inútil remordimiento de no haber sabido pedir estar así de cerca, siento la cercanía, tengo miedo como me decían hace poco “de ver la negra espalda del tiempo recordándome que no soy nada, y que cada vez tengo menos tiempo para serlo”. Debe ser eso, que no soy nada, que no fui nada, que no supe alcanzar una cercanía tan cercana, de ser capaz de convertirme en otro tipo de persona, porque ésta gustaba pero no lo suficiente.

A lo mejor es que es necesario morirse con todos los deseos jóvenes, intactos, sin cumplir y yo tengo ese pendiente, de estar tan cerca, de ser para alguien la única persona, la única persona de la tierra, de que esto se trata de un idilio excesivo cuando ya no se usan los idilios. Es obvio que no supe hacerlo, que llegué tarde o lo planteé demasiado pronto.

Recogí infinidad de cariños, de formas dulces de entenderme, pero necesito iniciativas que coincidan, estar escribiendo y que se crucen los correos, las palabras, las maneras que quererse. Basta un banco, mirar a ninguna parte, el escenario es suficiente, se trata de un olor, de un tacto blanco, de terminar sin desperfectos, quizá sea un imposible entre los humanos porque se terminaron esos bancos, esas formar de coincidir diciendo casi idénticas palabras, pero que nadie las haya dicho jamás a nadie, un estreno solemne, una coincidencia así de cerca, casi así de cerca.

Ese es mi protagonismo de hoy, mi insistencia, la última palabra que me trae una imagen, el mar quieto allá en el fondo, mi contacto que siempre produce un sentimiento, la conclusión idónea, que no supe encontrarla jamás.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Aprender con tus cadencias es, un auténtico gozo y privilegio. En sentir como la vida la escribimos con nuestros sueños y deseos, ciertamente eres especial y ,por esa razón,merece leer tus sentimientos.
Para ti el más entrañable y cálido de los abrazos.
Ana

Anónimo dijo...

Y mi deseo es que en algún instante puedas sentirte así de cerca, que alguien te haga vibrar de tal modo que todo lo que está a tu alrededor permanezca en penumbra.

Es bello lo que te ha dicho Ana y con su permiso lo suscribo.

Desde mi lejanía, o mi cercanía... o no sé, mi beso.

Fran dijo...

Es que la vida, Ana, son sueños y deseos. No es que sea esoecial, alguien me decía hace poco que la felicidad está en renunciar a los sueños. Pues me niego, seguiré soñando.

Gracias por tu abrazo que te devuelvo.

Fran dijo...

Nunca conseguí "eso" que he escrito. Siempre he sentido puntos de distancia, pero a tí te debo muchas cercanías hasta donde ha posido ser.

A lo mejor, sabes que pasa, que demasiada gente la he tenido así de cerca o la tengo así de cerca y no sé darme cuenta. Pueden vivir otra vida donde no estoy yo y tenerme muy presente.

Un beso cerca, cerca

Anónimo dijo...

Así de cerca.....Siempre buscando, sin encontrar nada,siempre huyendo, hasta de nosotros mismo....

Nos pasamos los días en medio de la nada porque nada material tiene, el que sabe compartir una soledad compartida que no haya manera de dividirla, que deje de ser sólo soledad. Así no me sentí, ni supe averiguar cómo era. Es que lo abstracto no mide tiempos ,ni cantidades.Todo es un dar de gestos y emociones....

A ti, que te sobran las palabras...que se dibujan las letras entre los dedos...y en todo tu ser...no encuentras como empezar a explicarte lo que piensas e imaginas tanto..que las imágenes comienzan a danzar para ti...y te seducen ,te embelesan...y te enamoras de esas figuras que tu mente teje una y mil veces...a mi ,me sucede lo mismo,¿sabes por qué? Quizá ser humanos,con mucha experiencia vivida y pocas aprendidas y asimiladas.

Noche tras noche...cada alma busca ese abrazo inquieto...y juntas se abrazan....el espacio es el abrigo, el cielo la noche,las estrellas la luz que las ilumina,son testigos del rito virtual.

Cuando llega la noche Fran...todos mis mundos interiores se conjugan....todos...el mundo de mis sentimientos, de mis emociones, el mundo de mi alma, el mundo de mi espíritu....todos aparecen.....las lágrimas brotan cuando no puedo controlar mis emociones, el corazón estalla desbordado de sentimientos, mi alma vuela junto a esa virtual imagen"el abrazo" y mi espíritu busca fundirse en una sola razón.Hace tiempo aprendí a llorar en silencio y con el alma..aprendí que el infierno puede consumir las ilusiones bellas de esta vida...aprendí que se puede vivir estando muerta...

En la memoria del universo, antes de la nada, antes de todo, antes de vida, antes de la muerte.
Ana

Fran dijo...

Eso es lo que me pasa, siempre buscando y sobre todo, huyendo de tantas cosas que no me gustan huyendo de mí mismo.

Hay un párrafo, Ana, en lo que has escrito muy cierto: encuentro las palabras, me seducen, me embelesan, pero ¿dónde las hago realidad? Reralidad al ciento por ciento, no admito otro porcentaje, por eso me ha dicho alguien una vez "no tienes bastante", dicho con cariño, con mucho cariño porque nunca tendré bastante.

Mi noches, mis lágrimas y mi soledad de estar así bien, sólo, las he contado muchas veces.

Un beso