sábado, 15 de noviembre de 2008

Necesito la dignidad de rogar


Ray Loriga cuando “ya sólo habla de amor”, pide al final esa dignidad de rogar que debe buscar siempre el hombre. Pues la necesito. Todos tenemos, en efecto, una cuenta de miserias pendientes, pero bastaría que no sólo se contabilicen las miserias y tuviéramos presente la hondura de los abrazos en silencio, de cómo me importaba cada vez más el aroma secreto de una mujer. He sido capaz de soñar demasiadas veces, al menos un instante, con las manos, las caricias y los besos; fui siempre un especialista de enfrentarme así al dolor y a las derrotas, las ignoraba, las dejaba aparte. He necesitado imperiosamente la inquietud del afecto sea cual sea el tamaño o el momento.

Voy a buscar, pues, ese ruego pausado y único en cada línea, con cada libro terminado. Que me devuelvan el éxito de la vanidad que tuve de besar con amor hasta en la calle, estoy esperando todavía que me quiera todavía más una mujer que ya me quiere, tengo en la memoria sus últimas palabras: sentir que te quieren y querer, y eso lo tenemos. Pues me basta imaginar el murmullo que debe tener la tela sobre su piel, por eso necesito en mi desconcierto que me cojan la mano y me calmen así el ardor de las largar esperas.

Que me quede al menos, pues, el sonido de las horas propias, estas que aquí, me permitieron repetir las cosas que hice bien, que saldría todo otra vez, al menos igual de bien o igual a secas, es bastante. En esas horas voy a rogar -habrá que hacer bien la lista, no dejarse nada-: mirar en la mirada de diario con los ojos de diario el momento que empiece la mañana oliendo a colonia tirando a buena; esa posibilidad tan humana de acoplarse a la perfección los cuerpos y las palabras, hablando o rompiéndose las caricias; acercarme a los sueños, esos que antes de venir, ayudan. Esas son mis horas propias, con una estampida tierna dentro, asumiendo el papel de novio de la vida impaciente y antiguo.

A lo mejor en esas horas y dentro de los más necesitados ruegos, tendré que rozar la punta de los dedos para saber de los nervios del otro y encontrar definitivamente la calma. Por ejemplo el amor de toda una vida o el polvo del siglo, una u otra o las dos cosas que viene a ser lo mismo. Qué infinita paciencia, mirando por las tardes una presentación de power point que a lo mejor viene a insistir en anhelos inútiles o en errores que no está uno dispuesto a confesar ni a rectificar.

Pues todo eso constituirá el cúmulo de miserias, aquí estoy yo, aquí estás tú, porque indudablemente -otra vez con Loriga- “la vida se le hacía insoportable sin una mujer en la cabeza.” Oye, Loriga, a mí también, chico, aunque sea para las horas de pausa, cuando ruegue, y ruegue lo que ruegue. Siempre en cada escrito tengo a rastras una inexpresable tristeza que tienen las cosas, pero sigo sujeto a la vida aunque os voy a confesar -con mi derecho al ruego- mi convicción y mi empeño.

Está claro que la vida no te suelta nunca, ni tú a ella, pero los días se me acortan de tal manera que los voy convirtiendo en media jornada. Imaginaros, pues, poder escribir sólo la mitad de lo que quiero; que de las caricias que lleva mi verbo sólo pudiera poner la mitad, y a mí me gusta igual que en el verso y en el beso, la boca entera, la mirada que perturba cuando llegas al final de estrenar las ganas.


Media jornada -me he dado cuenta- solamente por mi manera de abarcar la vida, comparado en cómo me apoderaba de ella antes. Quizá tenga suerte -ya sabéis que me gusta hablar de la mujer al principio y al final- y no tenga que mover un músculo, ni un ruego, ni una hora de espera o de pausa porque puede que sea -ya que dice que eso lo tenemos - del tipo de mujer que le gusta caer sola.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vez más ante las deliciosas palabras Fran, como una canción que nos reúne en las tardes de otoño, acordarse de los días felices en ese tiempo que la vida era más bella, y el sol brillaba más que los días. Los recuerdos nunca separan a aquellos que amaron dulcemente, sin hacer ruido. Yo no he olvidado.

Siempre un beso en tu mejilla tierna,

María

Fran dijo...

Compartimos así el otoño, María. Me lees, me contestas cuando aún no he dejado las pausas en las palabras y siempre, siemptre me tiemblan los dedos al responderte.

¡Qué bien, amar sin hacer ruio! Si tú no lo has olvidado, yo tampoco.

Siempre también me acerco como mejor puedo para tu beso y devolvértelo luego.

Anónimo dijo...

Bellísimo este ruego, querido Fran, esa media jornada nos será suficiente, la calidad humana, la belleza de sus letras y el espíritu de lucha, hace que sus textos sean únicos, las mejores prosas, aunque me repita y me repita.

Un besote, siempre con su permiso

Fran dijo...

Pero no creas,Ley, es que tú me miras con muy buenos ojos llenos de cariño. Noto ya demasiado que se van mermando mis posibilidades.

Pero aquí traeré siempre lo mejor. "Limón Ceutí", que se acuerda mucho de ti, me hablo de tu lealtad. No sabe bien cuanta.

Un beso desautorizado, profundo.

Anónimo dijo...

Yo creo, Fran, que para todo aquello que nos hace sentir vivos, siempre jornada completa, incluida la dignidad de rogar, que nos pertenece.
Para lo demás, para lo menos importante, me apunto a esa reducción de jornada, incluso propongo absentismo total.

Y para leerte, a manos llenas.

Un beso
María (de segundo nombre)

Fran dijo...

Llevas razón, María de segundo o del lugar de apellido que quieras, siempre será maravilloso esté donde esté.

Habrá que hacer lo imposible para que los sentimientos tengan a la hora de contarlos jornada completa.

Besos de Fran a jornada completa, también

Anónimo dijo...

Mejor ni enumerar los momentos de esa necesidad se q te ruegèn una caricia o un beso, yo me conformo con una sola pregunta, como te sientes, me recuerdas?. q poco se valora los ratos de compañia, la de sentir a tu lado la amiga q nunca te olvida, q siempre quiere estar cerca de ti aun en los momentos q no es posible fisicamente, pero jamàs se aleja, sin poder entender el porq se nace con la necesidad de ser escuchado y con libertad expresar en q lugar desearias estar, o los motivos de abandono con la penuria de querer borrar lo vivido, sin sentir arrepentimiento de los actos, el hecho ès q lo deseamos y no podemos volver atras, como pagina de un libro, para repasar donde estuvo y en q rincòn a urtadillas se robo ese beso q nos hizo sentir, q nada habia a nuestro alrededor,sin percatarse de los ojos de los demàs, porq lo q pensaron no llego ni siquiera a sobresaltar nuestro instante.
Un interrogante q perdura junto a los años y con el deseo de q nunca deje de volar de nuestro corazòn.
Besos maria dolores.
Mañana màs.

Fran dijo...

Si me sintiera, María Dolores, como sería, más natural, en mi justa medida de templanza, quizá no necesitaría tiempo para rogar. Lo que dices que no valoro, te equivocas, es lo que más necesito, por lo tanto lo que más valoro y nunca olvido.

Borrar muchas cosas de lo vivido sí que quisiera, no sé si para volver atrás porque repetiría los errores que van con uno mismo a todas partes a lo largo de toda la vida.

Y fíjate si me sobresalta lo que escribes que me es más necesario que nunca el mañana más.

Besos de Fran

Anónimo dijo...

Soportar el dolor.....pero las derrotas ya no van con mi caracter , no por tener una mala respuesta, si, por verme hundida en esa imagèn q se crea al amar.y màs ,si, sin permiso se aleja.con la escusa de fantasmas de castillos ya derrotados.
Todos o se, es, un ser extraño? necesito el afecto, un amigo, una amiga con quien conversar las pequeñas inquietudes y las triviales manias.
Intentar volver atras.....cuando nuestros impulsos vuelven a caer y tropezar el mismo precipicio, a tientas a ciegas, creyendo q està a nuestro alcance un despertar de sueños.
Besos maria dolores.

Mañana màs. no mal interpretes mis respuestas son solo comentarios de mi propia vida.paralela a tus pensamientos.

Anónimo dijo...

Sabes acariciar con la palabra y los sentimientos, y pones en cada caricia tuya todo la emoción de esa fuerza pasional que te desborda, así te siento. Yo solo se besarte a través de mis silencios y me quedo abrazada a ti mediante ese grito que tengo, desde hace tiempo, ahogao en mi garganta.

Así te quiero, así te siento...

Fran dijo...

Entiendo, no creas que no, María Dolores, tus reflexiones paralelas a las mías y haces bien en dejarlas en este hueco.

Se siente luego uno casi como vencedor hasta en esas derrotas, como ganador de de ese afecto al participarlo a los demás.

Despierta tus sueños como hago yo tantas veces.

Besos de Fran

Fran dijo...

Tú mejor que nadie sabes, Bolboreta, qué hago con los sentimientos, con toda mi pasión de hombre. Te lo entregué todo a ti un día y lo volvería a hacer de nuevo.

En ese medio silencio mutuo que tenemos los dos, te noto cada instante abrazada a mí.

Saca ese grito de tu garganta con toda su fuerza porque es lo más hermoso que puedo sentir como hombre. Vente conmigo para siempre a este rincón, sin demasiado prestigio, pero cómodo, solitario, hecho adrede para ti.

Hazme el último regalo: la hermosura de tus ojos, la insolencia de tu axila, la hondura de tus abrazos con su fragancia, que debe tener la valía de todos los aromas secretos que tiene una mujer.

Será para mí como un aprendizaje de la vida que intento contar a veces con palabras que siempre las provocaras tú: cada línea, cada consonante tierna, el acento necesario para llegar hasta ti.

Así te espero, así te deseo

Anónimo dijo...

No puede haber vida sin felicidad, esa q se oculta en nuestro ser, està ahi, invadiendo cada instante de nuestra vida reflejada con una sonrisa y unas letras, Quiero ser feliz en todo momento lo q pasa a nuestro lado personalmente en mi interior segir siendo feliz, sino, no seria capaz de mirar a la ventana, mi jardin, mis rosas y entre la luz de la luna la silueta de la persona amada, sin un retorno por su parte.¿Porq ignorar el verbo? Estoy segura q es debido a q no tiene felicidad interior...... dichosos aquellos q saben disfrutar de su felicidad, no creo q haya o exista nadie privada del amor.... y dejemos las cosas materiales a nuestra vera, recuerda (Se hace lo q se puede)sin exigencias y si cubriendo la jornada con las caricias de las letras.
La mujer para el hombre y el hombre para la mujer.
Besos maria dolores.

Fran dijo...

Naturalmente que necesitamos, Marías Dolores, esa felicidad pra vivir, pero son sólo instantes, no te engañes no en todo momento como quieres.

Tu final es lo mejor: el hombre para la mujer, la mujer para el hombre, de ahí tiene que venir todo.

Besos de Fran