martes, 27 de noviembre de 2007

Donativos para la guerrila del "Che"


Por Salvador Martínez Romero

El domingo, de mañana, me tropiezo en la plaza con una mesa petitoria que ostenta el cartel que antecede. Me deja perplejo.

Al “Che” lo mataron como a una rata, hace 40 años, en la Quebrada del Yuro, próxima a Vallegrande. La más famosa guerrilla de la Historia acabó sus días en la espesura de la hondonada, convertida ya por entonces en cuatro chiflados, famélicos, heridos de bala y sin munición, traicionados por los suyos y dejados de cuenta por Fidel, que los tuvo a pan y agua en cuanto a refuerzos, armamento y cualquier otra ayuda logística. Y allí estaban, como novia en tálamo, abierta de piernas, aguardando a la muerte.

El ”Che” es hoy una T-shirt que lucen pijos relamidos de medio mundo a la hora del vermut en terraza de boulevard conectados a heavy rock. Que acabarán haciéndose con todo, hasta con los mitos de los pobres. O un poster, con la foto chulesca de Korda –la imagen más repetida de la Historia, que la progre de turno se clava en su cuarto, sin saber que no las quería ver ni en pintura. “Pero, ¿a usted le gustan las mujeres? –le espetó una periodista yanqui. Y no le contestó ni que sí ni que no.

No echaba nada en falta, con sus guerrilleros de quinceañeros, lampiños de piel Caribe, enardecida la mirada, la melena al viento. Lo mismo que él. Uno se enamora siempre de uno mismo. Y cuando pierde lozanía, se busca en lo más parecido a los demás.

Me hubiese gustado frente a la mesa petitoria, monopolizada por las cuatro “Gildas” petulantes de siempre, para decirles que el “Che” está muerto y bien muerto, ni siquiera se saben donde pararon sus huesos –como ocurre con su doble “el Nazareno”, que el mausoleo de Habana es puro marketing.

Váyanse a casa a hacer las alubias, en vez del indio que están haciendo aquí y tienen por costumbre. Lo único que de él permanece es su semilla. Cuando quiera y donde quiera, en el ancho mundo, que un muchacho se rebele contra su padre, o brote el odio contra el poderoso y prepotente, vuelve a nacer el rosarino. (I) Y están de más las mesa petitorias y tanta monserga ya que ese ardor del oprimido contra el opresor surge espontáneamente de la tierra, sin ayuda de nadie y sin pedirnos parecer. “CHE VIVO COMO NUNCA TE QUISIERON.”
(I) “El “Che” nació en Rosario, Argentina.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tema muy profundo y controversial.Invita ,provoca y obliga a la reflexión.
Yo, doy donativos,para causas mas humanas,que no sean para una "guerrilla".
Valiosa información Fran.
Te desea lo mejor.
Ana

Camon dijo...

Bien por tu pariente.