sábado, 14 de febrero de 2009

"Se pasa casi todo en esta vida"


Me llevé anoche a la cama los versos de un post de Reyes en "Por aquí vamos bien", que terminaba de leer. Ya no me acuerdo de lo que le dije, ni necesito acordarme. Sería una confirmación y un intento de explicar ahora, cómo lo he ido pasando, mi lealtad con la vida, mis desvaríos, el relato invisible de mis días sin argumento, sin apenas conflictos. No existen los enredos, los buscamos adrede. Yo lo hago siempre apoyándome en las palabras que de viejas y gastadas parecen versos nuevos, casi con el impudor y la codicia de los amantes veteranos. Y me viene a la memoria –en mi condición de amante- aquella intriga, -¿cómo va ser nuestro primer polvo?- Y osada fue mi respuesta: el más dulce y pedagógico del mundo.

Se pasa casi todo, como dice Reyes, te haces viejo sin querer hacerte viejo, la vida se te prolonga en su largura, como una longitud para cada dolor y cada alegría, va formándose ese mundo insólito de cada uno, hurgas un instante y cierras la puerta enseguida casi sin darte tiempo en que debes cada día soportar la vida porque es lo único que tienes, lo único que quieres, escribes tres o cuatro veces lo que sientes y así pasa casi todo, más bien todo.

Soy enemigo de los recuentos porque saldría perdiendo. Tengo instantes y momentos que supe entregarme a ellos: recuerdo cómo terminaba las semanas con unos niños corriendo en los parques que cercaban cada edificio; junto a ellos el mar estaba casi a nuestro lado, al alcance de la mano (qué comarca más propicia para un paseo y un beso). Junto a él nos dejábamos cansancios viejos y así era singularmente fácil amarse, como el sexo sin saludo, porque teníamos los esfuerzos limpios y olvidábamos todas las preguntas. Yo recuerdo que a veces lo pensaba en aquellos finales de semana de descanso: si se me había hecho posible el mar, volvería siempre luego.

Pero en este paso del casi todo de la vida, me quedan cosas que me quitaron la vida, o al menos la seguridad al vivirla, la dentellada de la respuesta: la curiosidad de los analgésicos, sorprendentes y efímeros; los hilos leves de las cremalleras de los quirófanos -fuente de fisuras indomables-; la cuenta perfecta de los dedos del propio cirujano que quiere averiguar si sabes contarlos; rehabilitar lo que no hubiera hecho falta porque lo habilitaba muchos años con suficiente éxito.

Me debieron dejar sólo con la herida de la edad, eso que es inimaginable excepto para quien envejece, como hablarle a alguien de salud con veinte años prendidos en los tirantes de una camiseta. No me respetaron, me incluyeron todo eso a las muchas cosas más para que pasara casi todo, de la vida; me engañaron –nadie puede impedir el engaño, ya lo sé. La fortaleza que tuve que tener no fue no ser nunca engañado, sino sobrevivir al engaño.

Insistieron que volvería a ser igual, que se trataba de la última caída, como la que puedes tener en el famoso “muro” del kilómetro 35 de la maratón; que llegaría hasta el final, como estoy llegando, y que de eso se trataba, de pasarlo casi todo, como el verso de mi amiga.

Y para pasarlo –como una manera de venganza momentánea- me queda un pequeño mundo de cosas imprescindibles: la insistencia de un cuerpo que suele deshacer la fascinación que nos condujo a él, pero importante conservarlo conocido e insistente; cada fracaso largo y asumido escrito en el papel; ese factor oscuro de la noche en que me llevo los versos que acabo de leer, oscuro, digo, como un fornicio descarado y olvidado; los ojos cargados de un llanto pesado no sé bien para qué.

Y acostarse siempre para que pase “casi todo en esta vida” sin ganas de morirse porque allí no deben de quedar ya respuestas. Prefiero la melancolía de ayer noche como una vida que los dioses reservan para algunos perdedores escogidos.

21 comentarios:

Mucha dijo...

Y acostarse siempre para que pase “casi todo en esta vida” sin ganas de morirse porque allí no deben de quedar ya respuestas. Prefiero la melancolía de ayer noche como una vida que los dioses reservan para algunos perdedores escogidos.
Me dejaste sin palabras tu escrito tiene la desnudez de la vida con un alma de hombre enamorado que le canta al amor no encontrado...
No sabés como te entiendo me has dejado pensando fascinante escrito.
me sentí atrapada entre tus letras enamoradas y llenas de melancolia no enamorada de la vida....

Besos con alas hacia vos


chocolates en forma de corazón te mando .un mont♀n

Anónimo dijo...

Nan, hoy estás muy triste y tu
tristeza se ha colado en mi,
se ha vuelto mía.
Inventaré algún sortilegio,
algún mágico brebaje, cualquier
cosa que te haga recobrar,
aunque sea de forma efímera,
tu dulce sonrisa. Es preciso
olvidar, aturdirse un poco...
BB

Anónimo dijo...

Fran, no sé por qué puse Nan,
si es en tí en quien pienso?

Fran dijo...

Siempre lo fui, un hombre enamorado, no conocí oficio distinto y como tal duelen y crujen las entretelas de mi alma de cuando en cuando.

Gracias por tus besos, volaron, llegaron y supe devolverlos.

Fran dijo...

BB, sí me siento triste porque me gustaría abarcarla todo y con ese brebaje tuyo recobrar la alegría, la sonrisa.

Me entendiste.

Ya sé que mi nombre estaba en tu pensamiento.

Mucha dijo...

Soy pasional? no lo sé vivo el momento..a mi manera como de cuento...con asombro de niña ante la vida que voy viviendo

Anónimo dijo...

Bueno Fran por alusiones...
como tienes esa sutileza de espíritu es para mí un honor que me menciones, y mucho más que te lleves mis versos a la cama...
escribiré para ti algo alegre como un cielo azul ...
te prometo grandes alegrías, te prometo que no se acaba nada, te prometo un escalón más elevado, te prometo que lo vivido será tu herencia, te prometo autenticidad y te aseguro que no te faltará el amor , ni aquí ni allí .
Gracias por tu texto , por hacerme sentir que ser como soy sirve para algo.
Besos.

Fran dijo...

Haces bien, Mucha de la Torre, vive al día. Con la pasión que el presente te traiga cada vez, el pasado no cuenta y el futuro está por llegar.

Besos

Fran dijo...

Gracias por ese escalón más elevado, Reyes. Subiré contigo a él porque ya es hora de que sepa escoger en este mundo lo auténtico y lo limpio.

Sirves para mucho y además tienes la sensillez y la humildad de hacerlo notar casi sin que se sepa.

Gracias y un beso

Alejandra Menassa dijo...

Hola Fran: no te conocía y llegué a tí porque compartimos participación en Bohemia, sólo decirte que fue un gusto llegar, me encanta como escribes, como enredas tu alma entre las letras, como transfiguras el dolor en palabras. te sigo amigo

Bambú Blanco dijo...

Me ha emocionado Fran... la frase "debieron dejarme sólo con la herida de la edad" es brutal, impactante.

Precioso y doloroso.
Un abrazo.

Fran dijo...

Cuando siento dolor, Alejandra, cuando alguien me acerca cualquier sano sentimiento, lo recojo dentro, me lo quedo.

Fran dijo...

Es que es preferible, Bambú, al menos ese reposo. A eso, debe tener derecho uno siempre.

Cada palabra de respuesta tuya son como si las añadiera a mi propio post.

Gracias y un abrazo

Anónimo dijo...

Brindándote el silencio de quien sabe que la mala fortuna, las furias de la vida,
que la fría humedad del mar nocturno se curan con suspiros veniales.
Siempre un placer, acompañar cada suspiro, con brisa de gratos recuerdos.
Ana

Fran dijo...

Buena fórmula encuentras, Ana, de curaciones: "los suspiros veniales", y qué bella es tu compañía luego de tantos años leyéndome.

Eso es la honestidad y la verdadera belleza.

Maga h dijo...

Acuerdo con la opinión de Alejandra, como entrelazas tu alma con las letras, es bellisimo.
Se te ve siempre en cada escrito.
eres humanidad plena!!

Un abrazo Fran.

Claudio Tomassini dijo...

Te invito a visitar mi blog en el podrás encontrar mis últimos trabajos en arte la dirección es la siguiente:

www.claudiotomassini.blogspot.com


Te saluda atentamente Claudio Tomassini

Fran dijo...

¡Qué palabras tan bellas, Magha! Por eso, ya vale la pena poner mi alma. Esta tarde escribiré, ya lo sabes.

Fran dijo...

Claudio, bellísima página que merece verse con más detalle y ya te comentaré algo con más extensión en la misma.

Gracias.

Tengo una página de literatura que cambio cada mes:
www.acercatealoslibros.com

Un saludo

Anónimo dijo...

Es bello que un amigo se vaya a la cama con tus versos, seguro que son muy bueno, sea usted considerado con el comentario de esos versos, la persona que los escribe, seguro que pone todo su empeño, a mi me encanta la poesía pero como poetisa soy fatal y las criticas callaron mi pluma para siempre, por eso, siempre pido una respuesta amable para las personas que escriben.
Todo pasa, Fran pero los que nos pasamos en realidad, somos nosotros, lo demás da vuelta y más vuelta, por eso hemos de buscar siempre una motivación y escribir, es una de las más amenas.
Fran, por muy malos que sean los recuerdos, siempre vivirán en nosotros, los malos y los buenos, si miramos atrás todos perdemos pero casi todos volveríamos atrás para alargar el tiempo.
No pensemos en lo que nos arrebataron, es mejor pensar en lo que logramos y de paso dar las gracias para no ser desagradecido, cerremos las fisuras con un te quiero a las personas que lo merezcan y así, es posible que algunos, nos lo devuelvan con cariño.
Bueno, a veces es bueno quedarse solo para aprender a caminar, eso nos hace fuerte para afrontar los engaños y todo lo que nos venga, a demás, los engaños son clases para que aprendamos a ver las cosas desde distintos ángulos, las cosas no tienen más importancia, que la que se le quiera dar.
Seguro que el verso no tiene desperdicio, lástima de no poderlo leer, es verdad, Fran, lo importante no es como se llega, si no llegar.
Seguro que ese llanto es dulce, son lagrimas de un recuerdo, una pagina de nuestro capricho, parte de la vida.
Yo también la prefiero y no me siento perdedora de nada, nadie es perdedor, todos somos espectadores de una injusta película.
Mi beso, siempre con su permiso
Ley.

Fran dijo...

ya no me acuerdo lo que dije, Ley, y no me releeo ni a tiros. Te he leído a ti, todo tu bello tratado defilosofía y sabes con qué me quedo, con tu beso y el mío. Los permisos siempre caducan, eso sí. Porque nunca debieron de existir.

Lo más bello de la vida es hacer lo que está prohibido.

Contigo.