jueves, 5 de febrero de 2009

Prefiero el labio superior

¿Y luego hacerle unos amores? Impensable: ella siempre fue una enamorada del ocio y las palabras y entre ellas nos quedábamos, nos entraba el sueño de los párpados caídos y mi última mirada siempre era a su labio superior, era mucho más mujer que en el resto.

Vivir con ella, era vivir conmigo mismo: tenerla cerca, era tener cerca el café de las mañanas, las toallas del baño, la fruta que me pelaba luego de cenar, era algo imprescindible, pero no urgente porque nunca me paraba a pensar qué podía pasar si no estuviera. No lo hacemos con las personas de la convivencia, están ahí, parece que van a estar siempre, son costumbre acostumbrada de la vida.

No le podía hacer a veces los amores porque nos entraba sueño contándonos los sueños, eso sí, puestos a elegir, besando su labio superior me parecía estar besando las historias de cada día en lugar de un simple labio de mujer; el inferior se perdía con algún pliegue a destiempo, pero el superior se me hacía más ancho, casi siempre acababa siendo una respuesta con la lentitud distraída a todas mis preguntas.

Sí, esta es la historia que me obliga el pensamiento luego de una noche cumpliendo obligaciones que yo mismo me he impuesto. Ayer explicaba las distancias de los objetos de mi cuarto, como un cuarto bien asistido, multifunción: para el pensamiento de lo que puede llegar en el correo; las comodidades bien ganadas y el morbo de tener un par de libros entre abiertos esperando terminar que Burroughs “En el dique seco”, su personaje acabe cada noche su botella de whisky y no le impida funcionar al día siguiente: “¿crees que es una locura lo que hay entre nosotros? –Claro, por supuesto, por eso me gusta.”

Ese camino de antesala por el día y por la noche hace que necesite como un sortilegio erótico hablar de libros y más libros en busca de palabras únicas y secretas que no haya escrito nadie y que aún nos salven. Cuando escribo, busco a la vez el problema y el placer como si las palabras para mí fueran, eso, una forma de ebriedad, a lo Bourroughs. Y necesito encontrar a un ser salvaje que me lea, adorable, inquietante para ver si me calma o aumenta mi embriaguez. Ese ser que por la noche, si tengo que hablarle me da lo mismo ganar, perder o perderme.

A qué venía, pues, la primacía del labio superior, al apremio de las bocas y la expresión de cualquier sentimiento asimétrico, un tiempo de caricias, las palabras que parece que no vienen, pero llegan al final porque entre dos seres las debilidades de uno y de otro, a pesar de todo, aproximan.

Pues eso es lo que hago, cada vez, cada día: buscar con ellas la insinuación de un pubis libertino a todas horas; soñar donde ya no me quepan más los sueños; aguantarme el espanto de la muerte porque quiero morirme cuando ya no quede nadie a quién escribirle; se me olvidan los versos que no me convienen; espero que la vida me devuelva –creo que lo dije el otro día- todo lo que no pudo ser y puede ser; ese goce inolvidable del sexo como una espalda vacía de tirantes.

Ya me callo, ya explicaré en otro momento el dolor de mi cuerpo sobre el suelo en contraste con unas tibias carnes. Se me hace tarde esta mañana para hacerla mi mejor mañana. Tengo sueño porque, lo sabéis, me quedo hasta tarde leyendo por las noches pero siempre soy capaz que al dejarme los vicios pendientes, aún me suela quedar el tiempo hasta para su silencio, porque no lo olvidemos que el vicio tiene un silencio impresionante, una duración y una jerarquía, una naturaleza impenitente. A los vicios no se les corrige con la edad, la lujuria no les mengua y los que son inconstantes siguen siéndolo siempre, hasta la muerte.

El vicio es el placer de rebajarse para enaltecerse. Siempre existe un labio superior.


16 comentarios:

Lila dijo...

Seré breve, llueve, veo desde mi escritorio la caida de las frescas gotas contra el cristal, y al leerte me han entrado ráfagas de calor.

Fran dijo...

Te corresponderé con la misma brevedad: también aquí, frente a mi escritorio -vamos, por lo visto de escribidores los dos- me nace el deseo por cauda de tus ráfagas de calor.

Anónimo dijo...

El vicio es la necesidad de rebajarse para enaltecerse.
Qué fuerte, nunca lo había visto así, pero es perfecto, una definición redonda.
Bueno Fran , veo que tienes más peligro que una caja de bombas...
como decía el poema aquél, "esto es amor, quien lo probó, lo sabe ", tú has probado el vicio para saber lo que es y clavarlo con 4 palabras .
Yo, a sus pies.
Besos.
Perdón por interrumpir el idilio entre Esperanza y vos.
Jaja.
Abrí la puerta intempestivamente.
Lo siento.

Fran dijo...

Es que pensé lo del vicio, tanto tiempo metiéndonos en la cabeza que rebaja, que denigra. Bueno, pero luego, Reyes, te sientes dios.

Lo del peligro me lo dijiste tú y me lo quedé y te abracé, en aquel momento te hubiera hecho polvo o te hubiera pegao un polvo.

Bien por el poema porque para mí todo lo que sea con palabras, me pone y si hace falta llego hasta el final.

Con Esperanza, me pasa como contigo, sois mucha tía las dos y en la red -y llevo años- ¡mira que se pierde tiempo si no sabes escoger!

Puerta siempre abierta, si nos pillas, pues mira. Tienes permiso.

Te devuelvo lo del otro día tuyo: te quiero mucho.

Bambú Blanco dijo...

Me gusta mucho eso de "no poder hacerle los amores porque nos entraba el sueño contándonos los sueños"!. Una escena muy real y cotidiana. Íntima. Me encanta lo de besar el labio superior y besar las historias de cada día. Me gusta esa conexión que le has encontrado.
Saluditos.

Fran dijo...

¡Ay Bambú, coincidimos! Lo que te gusta a ti, me gusta a mí, ten en cuenta que formas un poco parte de mi escritura. Te sabes mi escritorio.

Beso en el labio superior

Anónimo dijo...

Quizas sea a forma de expresarse, ese labio superior, yo coincido q es importante mirar la boca de lapersona q està a nuestro lado sin dejar de mirar sus ojos, lo contradice si te pasas al catre, alla ya no hay luz como para extrechar esos ojos.¿Q es el amo? un van y ven, q te pillo.El sentirse amado es hermoso, solo q quizas nunca nos fijemos en el color, para mi son multiples, a solas pueda pensar en ese amor ideal, q te escuche y escuchar sus cuentos. sin permitir q vea sus ojos y adivine q hay dentro de sus sentimientos.
Tù sabes amar!! lo afirmo y una de esas cosas q creo es, es por tu firmeza en los sueños y el tato amoroso para la debil mujer.
Besos maria dolores.

Maga h dijo...

Fran:

Impecable, jugoso desde donde se mire. Caminas tus escritos en un equilibrio perfecto entre los excesos y el orden.
Me gusta, muy bueno leerte.
No creo que suceda que vayas a quedarte sin nadie a quien escribirle!!

Saludos desde tan lejos.

Fran dijo...

Me siento orgulloso, María Dolores, que digas que sé amar. Es que si no fuera así mi debilidad me podría, mi fortaleza se hundiría.

Amaré y aprenderé a amar mientras viva.

Besos

Fran dijo...

Tus palabras especialmente, Magha, me dejan tranquilo y feliz. Yo no supe un día interpretarte y hasta luego al darme cuenta te pedí disculpas.

Hoy es una alegría leerte y necesito que me escribas. Y haré lo propio.

Besos

Mucha dijo...

Increible no existe lo que escribiste... remonté al cielo besos con alas para VOS

Anónimo dijo...

Hoy sólo habitas en mi piel, en mi cuerpo y en el sentir del silencio, en el brillo de mis ojos y en mi húmedo parpadeo...
Un abrazo fuerte Fran.
Ana

Fran dijo...

Sí, si que está, en el labio superior besando con alas como haces.

Beses desde auí

Fran dijo...

Habitar en cualquier parte tuya siempre fue un placer, desde hace años, desde que sigues mis palabras, Ana.

Nunca has dejado de amar.

Besos

Anónimo dijo...

Conozco esa sensación, la de los parpados caídos, esa que nos avisa que hemos de echar abajo las persianas, hasta mañana y que la mente caprichosa se opone a la necesidad, querido amigo, debe de ser una mujer maravillosa.
Fran, sabía que los labios guardaban todos los secretos del alma pero no sabía cuales revelaban más, si vos dice que prefiere los superiores, habrá que poner empeño y descubrir el porqué.
Fran, si esa habitación hablase me encantaría escucharla, aunque sé que no hay mejor porta voz, que usted y por eso nuestra intriga, la espera de ser un poco participe de esos libros, de ese interprete, que nos lo hace llegar, de vos.
Fran, las palabras pueden ser las mismas, pero nunca dirán lo mismo, cada escritor tiene su forma de ver las cosas, su forma de interpretar y eso hace que la riqueza de las letras, sea como una droga para muchas personas, en ese juego lo de menos es ganar o perder, como bien dice usted.
Uf, que bonito, ahora voy entendiendo lo del labio superior jeje veré si antes de llegar al final, termino de leer en esos labios, en sus labios.
Si la muerte ha de llegarle por que no tenga quien le lea, ya puede esperar sentado por que no dejaremos esa puerta abierta y así, podremos seguir soñando y fastidiando, por que no decirlo, a todos los que no les caemos bien, yo no sé si caigo mal a alguien pero por si acaso.
Pues nada, al vicio y si no mata seguro que cura un poco los dolores, no dejemos para mañana lo que podamos hacer hoy pero tampoco aceleremos demasiado, es mejor ver la película, hasta el final.
Siempre hay algo por lo que merece la pena luchar, por eso, siempre hay que dar gracias a un nuevo día.
Un besote con su permiso.
Ley.

Fran dijo...

Practica, Ley, esa sensación y siente en tu labio superior toda la sensibilidad de quién pueda dártela.

Te mereces lo mejor y mis permisos para todo.