lunes, 4 de agosto de 2008

Prefiero el traje antiguo y caduco de la soledad


Va pasando esa sensación de saludo intermitente que tienen los veranos- no se me ocurre mejor manera de nombrarlos, hoy un agosto de recuerdos nublados, una lejanía de vencimientos. Y no me gusta cómo lo estoy sintiendo: tiene forma de una especie de imperativo estacional y emocional.

Me aportan mis veranos bellezas indudables –los descansos me los gané ya hace tiempo, mañanas como la de hoy con la luz por entero, la luz del mar, la más hermosa manera del aliento. Consigo insistencias porque volveré a mi hueco habitual, aunque aquí ande sobrado de tiempo y termine ya varios libros. Otros me esperarán en el sitio donde los dejé, y junto a ellos habrá una parte de historia que no fui capaz de contar. Pues esa parte oculta, voy a explicarla con detalle luego del verano por si no vuelve a venir otro que me exija hacerlo.

La vuelta me va a suponer conseguir lo que ya vengo deseando: el traje antiguo y viejo de la soledad, las maneras que ya se me han hecho necesarias, las rutinas en rincones tan propios que me aportan la hermosura de las cosas cotidianas pero únicas. Repetiré muchos gestos porque hay una belleza en esa igualdad, una forma de sensatez conmigo mismo y con los demás.

A todo regreso se le tiene ganas, porque el instante de la ida nunca es del todo seguro, ni cambiando el paisaje, las personas, las formas de descanso, la brillantez en las recepciones. Todavía no me ido y ya quiero volver, prefiero las realidades que ya tengo, las ocasiones que yo mismo provoco, el talento para las cercanías que necesito, la posibilidad de un beso viejo, seguir empeñado con los viejos trucos, escribir de la mano del tiempo sobre el poco tiempo como una última lección que me queda por vivir.

Ya no le puedo decir que no a varios días fuera de mi antigüedad y mi soledad, ya es preciso marcharse pero tengo que escribir como un aviso de carta que me asegure la vuelta, para ver de nuevo a las gentes que conozco como una impresión de eternidad que llevo siempre puesta. Salirme de la soledad desgasta y ya siento que algo no tiene retorno al no poder evitar la salida.

Eso sí, quiero conservar el poder de mi lenguaje para contar honestamente por qué me sentí mal fuera de mi soledad, de mi propia lejanía; la parte de la historia verdadera y callada de que hablaba antes; sensaciones hermosas que tuve pero que no fueron suficientes; el ansia de lo propio, de lo escaso pero necesario.

Explicarme con palabras lo que ni yo mismo entiendo, esto parece que no tiene nada que ver con la ida y con la vuelta, pero fue una especie de brillante ida y un deseo de llegar en mejores condiciones. No sé por qué –pero es así de cierto, que sientes al final de la vida como si estuvieras siempre terminando mal los veranos, que no tienes la acogida que necesitarías, que es mejor enseguida que te vuelvas a tu rincón caduco y viejo, igual que lo eres tú. No hay ofensas ni agravios, sientes decepciones y nadie se da cuenta que te está decepcionando. Es un cómodo y necesario recorrido por el que fuiste y ahora estás regresando con pocos atractivos para casi nadie.

De ahí las conclusiones, la hermosa soledad que no ofende a nadie pero que uno la ama tiernamente. Se me va acumulando en las arterias la soledad de alguien –de quién sea, aunque queda quizá el consuelo que es la más hermosa manera de comunicarse.

Tardaré escasos días en vestirme con el mismo traje pero al mismo tiempo con una ternura desmedida.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Queridísimo Fran; tal vez tengas razón siempre me ha acompañado un halo de tristeza, por lo perdido, por lo encontrado y no buscado. Poner en el peso de la balanza las decepciones, los fracasos, y haber rozado algún triunfo a estás alturas es innecesario, no voy hacer inventario, de nada serviría, aún así sigo en pie frente al mar y él me sigue ofreciendo una sonrisa cómplice.

Leyéndote en cada línea, en cada palabra y adjetivo me siento totalmente identificada con cada expresión y con cada sentimiento que expresas. Parece que todo lo que describes, lo que sientes y lo que vives sea la vida de María a la que desde siempre le tienes la admiración despierta.

Haciendo mías las palabras de Benedetti: Que sea lindo del pie hasta el alma, que sea bueno del alma hasta mí. Así eres tú ¡Una belleza de hombre!

Ten un buen verano. Y qué yo lo sepa.

María

Fran dijo...

Tu respuesta, preciosa María, es lo más bonito que voy a leer antes de irme unos días a Italia. Otras respuestas quedarán pendientes.

No te quiero triste, te quiero hermosa y esforzada como lo has sido, que te abraces a mis palabras, que las hagas tuyas, que sepas que siempre ste hombre que tanto admiras es muy tuyo.

También te deseo buen verano y que lo más pronto posible estés junto a mí.

Sabrás del mío entre mis besos.

Anónimo dijo...

No te reprocho el q quieras volver a ese rincòn de soledad........palabras tuyas, pero q no son exactas, porq si tienes a tu alcance los recuerdos los instantes q plasmas de vivencias, es q no estàs solo..q quieres seguir tu camino rodeado de unas vivencias q solo tù puedes sentir , aunq a ratos nos las cuentes ( a medias )A quien llamas Soledad? yo quisiera estas cerquita y entre notas y paginas subrayadas, descubrir los secretos de un hombre q se dice estar solo y nunca lo està. Te contradigo,cuando piensas q quieres volver antes de partir, por el solo motivo q deseas a Soledad.....Has de tener una variaciòn en tu quehacer diario para poder comparar ... q clima te sienta mejor...bueno por decir algo.No hay traje viejo ni descosido pueda aguantar tanta vida..tantas inquietudes, asi q no des escusas, disfruta de esas vacaciones, q el retorno serà con mil folios bajo el brazo..y los ojos llenos de colores,dimensiones, y hasta medidas exactas.....Nunca dejaras de sentir el amor q despiertas.
Cuida-te....
Lo contrario q acabó de regresar y ya pensando el volar, me parece q mi vida aun esta en uno de los caminos por recorrer.
Tu escribes, yo leo y observo.
Besos maria dolores.

Fran dijo...

Lo primero que he hecho, maría dolores, al volver a mi rincón de soledad tan amada, ha sido buscarte. Dices con un aroma exquisito que despierto amores, es que si no fuera así nada me valdría, para nada serviría mi manera de vivir la vida.

Ya sé que tú tienes ansia de volar, y te me escapas días, que no te encuentro, de tanto que te busco. Yo ya tengo un verano más –y todavía me quedan dos cortos viajes para establecer motivos de comparación.

Sabes lo que haré como consecuencia: ir dejando esos folios sueltos, esos secretos de hombre solo. Y me voy a atrever a callar cada vez menos las cosas que nunca debí callarme.

Hoy si abres mi escritorio, hay una página de ellas, fruto de este viaje. Valiente, sincera.

Léeme, obsérvame, si no lo hicieras me faltaría algo muy importante.

Besos de Fran

Anónimo dijo...

Bueno ya repase, algo de tus folios y dicen mucho y callan poco, al menos de lo exterior, y en espera de otro de tus secretos vividos, con o sin roce de manos.
La vida, lo q llamamos vida ahora a estas alturas, es eso un roce, una mirada un suspiro, un todo en pocas palabras y un buen repaso de vista.
A seguir la singladura y no olvides el Cuaderno de Bitácora,
Te espero.
Besos maria dolores.

Fran dijo...

Si me esperas te haré caso, seguiré también como escribiendo mi diario de navegación por la vida.

Busco -necesito, María Dolores, a estas alturas ese roce, esa confianza, esa belleza de una respuesta. No te creas que es tan fácil y si me esperas, te espero.

Besos de Fran

Anónimo dijo...

Querido Fran, el paso del tiempo, no es agradable para nadie pero qué sería sin nada cambiase? Seguro que sería triste y aburrido, dejémoslo correr y disfrutemos los momentos buenos.
Eso de que piensa usted contar esa parte que aun no ha contado, me parece maravilloso, un día visité el lugar que me vio nacer y como era parecido al que cuenta la biblia, que nació el niño Jesús, me quité el traje de la vergüenza y publiqué mi vida, unos me felicitaron, otros dijeron, está mal escrita y por si era poco lo remataron con un, yo no hubiese sido capaz de publicar mis miserias, yo me eché a reír por que si nadie lo hubiese hecho, no habrían historias reales que leer, ni el cine, así, ¡que adelante! Estaré encantada de leerle.
Fran, antes de marchar de esa luz, de esa playa, vaya a contemplar algún amanecer y de gracias por poder contemplarlo, siempre hay quien se lo agradecerá, repita usted lo que quiera pero no deje de gritar, los que dejan de gritar es que son muertos vivientes y nunca lo vi así.
Fran, ya verá que siempre hay cosas nuevas, paisajes nuevos y usted posee la facilidad de encontrarlos, ya verá usted como sus relatos serán diferentes y con el mismo encanto que siempre, en nuestro entorno, siempre encontramos aquel antiguo amigo/a para esa cerveza, para esa charla y eso, también tiene su encanto.
Los días están llenos de decepcionando pero al final de cada uno siempre hemos aprendido algo nuevo y eso nos da fuerza, nos despiertan nuevas inquietudes, a vos, nunca le faltará atractivo por que el atractivo de vos no es fácil de encontrar poro las personas que lo hemos descubierto, nunca le dejaremos de contemplar.
De ahí las conclusiones, la hermosa soledad que no ofende a nadie pero que uno la ama tiernamente. Se me va acumulando en las arterias la soledad de alguien –de quién sea, aunque queda quizá el consuelo que es la más hermosa manera de comunicarse.
Tardaré escasos días en vestirme con el mismo traje pero al mismo tiempo con una ternura desmedida.
Querido Fran, es tan difícil no citar las últimas frases, la verdad, sus relatos terminan como la buena poesía, con broche de oro.
Mis felicitaciones y mi abrazo, siempre con su permiso
Ley.

Fran dijo...

No, yo no voy a contar en absoluto mi vida, sino sensaciones, quizá alguna callada hasta ahora. Lamento no coincidir porque pienso que las vidas propias sólo interesan a uno mismo.

Los gritos para mí no dejan de ser un símil donde muchas veces puede hallarse un simple tono literario.

Y sí que necesito, en cambio, desgranar la soledad y recuperar o no perder nunca una ternura lo más honda posible.

Gracias por tu respuesta y por nada menos que considerar que hays poesía en mis palabras. Eso es tema de unos elegidos únicamente en la historia de la literatura.

Sin permiso pero siempre dispuesto a los besos.