martes, 1 de abril de 2008

Quiero estar de nuevo al completo


Me lo dijeron el otro día de despedida: ¡cuídate! Y no sé cómo hacerlo, pero debo hacerlo para estar de nuevo al completo como si fuera una primicia de la vida que la andaba perdiendo. De nuevo al completo para todo porque valga como ejemplo no sé bien lo que es el amor pero sí el esfuerzo para poder sentirlo.


Me voy a cuidar para estar de nuevo al completo. Si es preciso “la cubriré de espuma pero dejaré su aroma en su silueta”, intentaré hasta dentro de los sueños ver qué hago con las palabras, sé más de ellas que lo que sé de la vida, recordaré como he contado sus gestos, su manera de arreglarse el pelo hasta más allá de donde le llegaba el pelo.


De nuevo al completo para no dejar de desear a una mujer veinte años más joven y que no exista ningún placer muerto. Seguir así sintiéndome como bajo su hechizo, lo que es capaz de evitar cualquier derrota, convertir el recuerdo de los momentos en lujo y júbilo aunque aún me queden cicatrices en las niñas de los ojos.


¿Qué hace de mi mundo un mundo completo? La certeza de la honestidad conmigo mismo, saber que al lado de una mujer siempre encuentro el lenguaje de las cosas justas; que no me hago viejo porque no quiero hacerme viejo, porque el derecho de cuidarme no me lo puede negar nadie.
Ciento por ciento, medida justa y siempre satisfactoria, un deleite para decirle a quien tengas a tu lado: ¿sabes cuánto te dejaré? Esto que ves, esto que tienes, las declaraciones de los sueños, dar amor porque si no es eso pues va y es como si no dieras nada. Cómo no, una cultura excesiva con su tono su timbre, su verbo, su inverosímil, a veces, ganas de vivir. Ciento por ciento, al fondo no es más que un justo sentimiento de culpa y cuatro cosas más que te lo perdonan todo.


Pues aunque no la tenga, aunque sea una línea de color en el mar voy a ir a por todo, a sentirlo todo, a escribirlo todo, me iré abriendo como una cremallera fácil de bajar –qué bien me vienen las metáforas siempre, os iré contando cómo me voy cuidando, voy a hacer jóvenes las cosas de mi mundo que se han cansado de ser viejas. Pondré orden en mi vida, dejaré de tomar esas pastillas contra el mareo que me producen mareo; ordenaré mis cosas –con esa manía del orden, para que sea verdad esa frase de Borges, “las cosas comunes que nos rodean durarán más que nosotros.”


Vamos a dejar aparte lo que dure cada uno. Lo que quiero es durar completo en esa coincidencia de la vida que no vuelve más. Al completo como si fuera volver al grado cero, al principio. Tengo para repartir mientras tanto como siempre lo he hecho una dosis milenaria de cariño, integrador, y confortante para mí mismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nadie mejor que tú para estar al completo, tienes todos los ingredientes Fran, todos.
Cambia las pastillas que te marean para quitar el mareo, seguro que hay otras que te vienen bien, no pienses en tu cuerpo, ese esta donde esta, y da de si todo lo que puede, pero mejor ignorale, a veces se comportan como plantas preciosas y caprichosas, hay que regarlas, pero no demasiado,porque entonces protestan.
No hay que recrearse en un sentimiento de vacío, o de añoranza, o de ausencia, cuando la presencia llegue a rellenar un hueco aunque sea momentaneamente, pues a disfrutarlo, luego......mejor dejarlo estar.
Eres un ser humano completo, que se va a cuidar para esos momentos que aún quedan, y que son muchisimos po r disfrutar, así que........ a cuidarse Fran, no solo el cuerpo, tambien el alma.
Un besahuecos lleno de luz
Garanza

Fran dijo...

Quiero estarlo, Garanza, quiero estarlo. Te diré más: voy a estarlo. Ya tengo un lío con las pastillas que he de tomarme, es igual, tomaré un poco de todas, pero eso por una razón poderosa que tienes y que yo debiera de hacer más uso de ella: olvidarme del cuerpo.

Hay dos libros que leo estos días, una sola página quizá, independientemente de mi lectura habituarl: El Diccionario de María Moliner y "Pintar sin tener ni idea". Las palabras y la pintura me alejan de mi cuerpo.

Y mientras haré eso: disfrutar, llenar los huecos como tú sabes enseñar, hasta con luz.

Un besahuecos decidido y valiente y completo.

Fran dijo...

Echo de menos, Ana tus comentarios y si lo has colgado, tuve que borrar todo el blog por motivos que no son del caso.
Un beso