miércoles, 17 de septiembre de 2008

El silencio de intimidad adulta


Hay una manera de convivencia, difícil pero hermosa, un camino de tiempo donde dos seres guardan su silencio, ése que han aprendido al hacerse adultos. Casi es una muestra de asombro para los demás pero no hay revolución más profunda que las cosas cotidianas, que los gestos que a veces tienen más valor que cuarenta segundos de un abrazo.

Lo practico cada día, la convivencia callada, cómoda. Puedo estar al lado de una mujer y tener sólo olfato para ella, ya inventadas las palabras que le dije muchas veces. Me las oiría de nuevo con agrado, pero me callo, le regalo el silencio, ni tan siquiera lo cotidiano que he escrito, le busco la mano para nada especial, quizá igual que en estas líneas como una metáfora insolente.

Tengo muchos motivos de conversación: contarle cómo fue y cómo es mi talento para el dolor; casi como una conversación practicar el ruido de los besos y la risa luego; darnos cuenta de la constancia que tenemos viniendo un día luego de otro. Y nosotros contándonoslos algún rato, pero otros muchos callándolos. En suma nos comprendemos y la comprensión no exige respuesta, ahí está si la tienes y la tiene el otro.

Haría lo mismo con la mujer de paso. Yo aporto siempre mi literatura, no ésa que sólo sirve como literatura, sino la del “vicio impune” según Larbaud. Los libros que leo me dan una calma de biblioteca pública. Tengo un toque personal de acercamiento, pero luego viene el entendimiento y el silencio. Hasta en los momentos en que el erotismo es un sueño como una cremallera en la espalda tan fácil de bajar, con soñar que me sueña y la sueño.

Todo esto con las justas palabras ni de más ni de menos, es difícil y hermoso, deja huella, te sientes cómodo, no hay cosas que no debiste mencionar, fueron las necesarias porque así practicas la intimidad adulta, y dentro del silencio y de esa convivencia, después vengo aquí y lo cuento con la insolencia de sentirme poeta.
Junto a una mujer a la luz, con el foco de ese silencio se le ilumina el escote y el pasado. Pero ambos hemos decidido hace tiempo con un pacto sagrado ignorar ya el pasado porque tenemos hoy y futuro hasta donde llegue, porque hay seres nuevos, anécdotas tan recientes que casi no tienen calendario y entre quienes los hemos creado con el hoy se distinguen limpiamente los adverbios del olvido.

Del pasado me olvido, pues, adrede, y el hoy que me fabrico tiene una belleza que muchas veces al haberlo creado ni hay que contarlo, más bien tenerlo en silencio. Con ese silencio se aguantan muchas veces las grandes y difíciles respuestas porque el silencio es lo que se siente cuando aún no te has atrevido con las palabras. Me quiero, pues hacer más adulto, sabiendo guardar esas pausas como un tempo de minueto lento, una manera. Hay que callar porque en el silencio tuvimos el origen, el lugar del que procedemos, la salida de dentro de una mujer y luego viene lo que hacemos, cómo somos, lo que no debimos decir.

Hay un verbo silencioso y quieto, áspero, en las despedidas, pero otro muy hermoso en la permanencia prolongada, entendida y quieta. Sobre todo, adulta sin hacerse vieja, una especie de vacilación antes de hablar que muchas veces nos hace callar hermosamente.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo dificil q es guardar silencio cuando entre dos, se hace una, unida por momentos y contactos q sin saber còmo se convierte en una convivencia indispensable, respetando la intimidad, llamenos privada y compartida al mismo tiempo, cuando no sabemos ponerla en Bolsa para su cotizaciòn, si se juega y apuesta, por unos besos y otras caricias q no siempre son ganancias, es una apuesta con vida y cuando màs seduce es en las noches, como las grandes Bolsas.
Se practica el silencio cuando sabes q hay quièn a la sombra trastea y escucha, sin gesticular o vocalizar sonido, pero no siempre es asì, a veces la voz sale, hablas a solas en el silencio para escucharte y darte cuenta q no perdistes el habla....y las manos con frotarse la crema blanqueadora nos damos por bien pagadas. Ahora te aseguro q las manchas no desaparecèn, solo nos queda hacer como las lechuzas, salir a ver los reflejos de la luna e intentar descubrir descubrir q nos silencia y queremos sentir. A quièn no le agrada escuchar Te amo?.Con el sabor de esa mirada turbia por los años, pero con la dulzura de un pasado, deseando el amanecer para plasmar algo de sus sueños, aùn dejandolo màs tarde en la papelera, convencida q al abrir la puerta entrarà ese rayo de luz renaciendo lo q creiamos un olvido.La mirada atras nos da luz y callamos porq no seria sano volver a intentar recopilar la vida anterior con ratos bellos y otros oscuros y lleno de arapos, como las noches de soledad, cuando para alcanzar lo q desaparecio con el tiempo......
No hay despedidas, sin una esperanza a revivir lo q el corazòn guarda silenciosamente, lo intimo.
Besos maria dolores.

Mañana màs.

Fran dijo...

Es así, maría dolores, tiene que crearse en una “convivencia indispensable”, casi sin darte cuenta, sin saber quién gana ni pierde, quién pone o puso más para dar valor a ese silencio nacido de esa convivencia, sin subirla al parquet para que cotice en bolsa.
Entendiste muy bien lo que quise decir y veo que lo compartes.

Cuando hay una soledad, como cuentas, que te obliga de alguna manera, a hablarte a ti misma para comprobar que sigues existiendo; cuando echas mano de la crema para que tu cuerpo recupere el eco de una caricia, es señal que necesitas que cara a cara alguien te diga te amo. Dos vocablos mágicos pero a los que hay que tener un gran respeto.

No, no recopiles vida anterior que estoy segura que fue brillante muchas veces, aunque en otras no, y esas negativas son señales de soledad.

Muy bello y muy cierto tu final sobre las despedidas. No te despidas, guarda y saca lo íntimo es una manera de volverlo a sentir.

Besos

Anónimo dijo...

El dolor se puede contar,sì, pero nunca esas palabras expresarà lo interno, lo q callamos aùn sintiendo q si se contara, el corazòn y el alma lo màs interno , lo q no podemos alcanzar con las manos y sì con los sentimientos, quizas porq jugaròn con ellos, despiadadamente , ahi la inteligencia corta y el dolor no quiera compartirlo a los q te rodeàn, evitando el dolor. Sentimos q deja huella, alli donde fuy comprendida y con una sonrisa vivi la intimidad de un hogar ,sin duda q algùn dia lo recordarè con amor,.
Para q callar lo q nos da la razòn de vivir, aùnq nos haya un reves y el dolor nos invada, escribirè sin reglas, para contar lo q queremos callar.
Tendrè una meta ahora, olvidar el pasado contra viento y marea para seguir navegando con la bandera bamboleandose sobre su mastil.
¿Porq existe el verbo amar?.
besos maria dolores.

Fran dijo...

Tu respuesta de ayer, maría dolores me hace pensar lo mejor de ti en cuanto a tu capacidad de lucha, de vivir el pasado, de no callar si hace falta el dolor que sufriste, de buscar esa meta que te de una razón de vivir, como dices.

Yo poco puedo añadirte, lo dices todo, y el verbo amar, no lo conjugues, ama.

Anónimo dijo...

Llegar a escuchar el silencio acompañado, en una travesía de complicidad, de respeto y profundo cariño; un cogerse de la mano y sentir que todo está bien, no hablar, leer en los ojos, caminar, retener los instantes de la vida, estar cerca, comenzar, tener la certeza de querer tanto...

Como siempre Fran, tus palabras ceden a mís sueños.

María

Fran dijo...

Como siempre, María conservas algo que te hice y te hace encantadora: el cariño que demuestras y gastes las palabras que gastes siempre tienes una gran sensibilidad y ternura hacia mi.

Eso, sin albibajos, no es frecuente.

Pues estaré junto a tus sueños. Me enteraré.

Anónimo dijo...

Que difícil es la convivencia, verdad? Pero a la vez es bella y necesaria, se llega a comunicación sin palabras, a valorar las pequeñas cosas, eso sí, a veces como ser humano se pierden los estribos pero de esa lucha se forman los cimientos de esa pirámide, que es la familia.
Seguro que le escucharía las mismas palabras mil veces pero es lindo el silencio, intrigante y después, una mira, un gesto.
Me agradó la comparación de la cremallera, eso es imaginación y fantasías, si señor. Es de sabio darse cuenta que hay que vivir el presente, no olvidar el pasado pero si dejarlo en paz para poder vivir de la misma forma, tenemos que buscar el motivo y la razón para disfrutar de lo poco bueno que nos ofrece la vida.
Es bello nuestro origen pero nadie podría darle ese toque con más tacto, más ternura que el que vos le da, ese poema constante a la mujer, o más bien homenaje, nunca sabe hasta donde es novela, hasta donde poesía.
Como siempre, unas frases finales que nos deja anonadada.
Mi admiración y mi beso con su permiso
Ley.

Fran dijo...

Ley es preciso tener una buena convivencia, pero difícil que sea callada y lenta como esa cremallera que se baja casi sola. Ya sabes que ando sobrado de metáforas.

Muchos hombres no saben o no quieren reconocer su origen, es la mujer quién nos trae y somos de niños recién nacidos quienes rompemo el silencio.

Me gusta tu admiración y que me beses no sé sí sin respero o sin permiso. Ya no me acuerdo bien. Hago lo mismo.