miércoles, 7 de abril de 2010

MI MEMORIA MÁS HONDA Y VÁLIDA


He hecho uso estos días de ella, he pensado junto al mar que nadie ya me iba a esperar al otro lado de la escritura. Y callé un tiempo, recorrí los viales –no sé por qué la playa me da un cierto miedo ya- de esa Urbanización donde crecieron mis hijos, yo me descargaba al final de la semana de tensiones y esfuerzos, el mar me devolvía sedaciones que vas perdiendo y sentía más ricas mis propias sensaciones, esas de la memoria.



El Mareny Blau era un poco mi compañero óptimo de viaje y estos días con unos hermosos cuentos de una mujer, quinta académica de la Real Academia de la Lengua, donde también ella habla de sus compañeras de viaje he recordado con la lentitud que otorga el sol y el buen tiempo lo que me ha valido la pena:


Al mejor amigo que me dio la vida, igual que me lo dio, me lo quitó antes de tiempo. Con él me apasioné por el ajedrez, torcía el gesto cuando no sabía sacrificar una pieza a cambio de tomar el centro; jugaba el gambito de dama como si de damas se tratara, daba lo mismo que su contrincante con negras se lo aceptara o no; con él formé parte aquella maravillosa noche de uno de sus 15 tableros simultáneos: Folgado tenía la sabiduría y la paciencia del ajedrez como un amor que merece la pena. Cuando le vi las últimas veces en su casa, noté cómo se marchaba –no te vayas maestro, le decían mis ojos-, déjame perder otra vez contigo una partida más. Aquella última tarde que me acompañó hasta la puerta de su casa, tan solo me dijo: “no tornes mes, Paco”. (No vuelvas más).Ni rocé su mano, me quedé con su mirada honda y bondadosa, para siempre, para siempre.


Con lo poco que he caminado estos días, era casi imposible que alguien no me saludara, no me devolviera los ápices de vida y de cariño con los que viví en ese imborrable sitio de descanso. Si era una mujer siempre las he encontrado adorables y proféticas. He tenido para ellas la palabra abierta de la vida, un beso preparado y desmesurado por si había ocasión, como ese rayo de luz divina que para mí siempre son.


Si eran otros amigos, he insistido en la calidad de mi estado, con euforia y desorden si hacía falta, me he escudado hablando un poco con ellos en la metáfora, esa rara elocuencia del mundo que puede llegar a ser hasta vicio, seducción o promesa. He hecho camino conversando un poco hacia la memoria más honda y válida que me daba este espacio de playa y mar, he conseguido así estos días la razón suficiente para seguir vivo.


La vida no es lo que sucedió, sino lo que uno recuerda y cómo lo recuerda. Estos días, me he recordado a mí mismo mejor que los demás, quizá. He notado la belleza del mar en el momento oportuno, he tenido entre las palabras ajenas el mayor respeto que pueden aportar los ojos del hombre, el estilo en el ejercicio de la noble observación.


Me he querido y me he hecho de querer a quien he visto, me he sentido más cerca de la mayor certeza, capaz de amar más despacio a quienes más lo merecieran. La vejez suaviza y te otorga a la vez una tremenda fuerza que no la tiene tu físico, sino el impacto que dejas a veces, una elegancia, una categoría propia que no te quita nadie parecida a la propia debilidad de la misma.


Recordando estos días en el Mareny he llegado a pensar que es posible que lleguemos a entendernos todos, unos a otros. Aquí he perdido amigos –como el que os he contado con dolor- otros están cada verano, cada buen tiempo, da gusto verlos, me enriquecen mi memoria y yo les aporto lo que siempre hice: mi deseo de ser como un ser querido que lo único que desea es hacer felices a los demás. Rescatarnos de la normalidad, ir a un sitio imposible, escondido y profundo.


Qué memoria más honda, más válida he sentido, he tenido.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy soy la primera en contestar tu post y me alegra por una cosa: cuando leo los comentarios de la gente que suele precederme en llegar a esta página, me quedo como sin palabras. Es tanto lo que se te dice, el cariño y la ternura que ponen en sus contestaciones tus lectores/as, que luego una no encuentra palabras que complementen todo lo dicho. Hoy me siento afortunada por ello.

La memoria y la recuperación de nuestros recuerdos es lo que da credibilidad y certifica nuestra vida. Cuando esa memoria nos trae la amistad, el juego, el descanso y la placidez del relax, los encuentros con amigos y amigas, eso significa que tu vida goza de una riqueza que han sabido valorar los que tuvimos la ocasión de conocerte y gozarte.

Esa es una vida plena, nada más que añadir porque lo has dicho todo con esa sabiduría innata de quien ha vivido y soñado a través de la ilusión y la palabra.

Y aquí, como siempre, los que te queremos y te leemos...

Un beso, como los que siempre te he dado.

Bolboreta

Anónimo dijo...

Hoy no te escribo, me abrazo a tu palabra, tan llena de emoción, de nostalgia, de serenidad. Me abrazo a ella conmovida, acariciándola, tocándola y vibrando con ella, amándola.
¿Sabes? hoy, mi cariño por ti se ha vuelto tan dulce, tan dulce, con ese dulce dulzor que sólo tiene la ternura.
Y este beso

Anónimo dijo...

Relajan tus palabras y besan tus recuerdos .Me siento identificada en esa placidez que te da el mar la brisa que te acaricia....
Yo, he pasado estas vacaciones pisando la arena y relajando la mente mirando al horizonte .Me he sentido muy sola físicamente sinfonía,llena de recuerdos,pilares de sueños que, me inundan de ternura .
Abrazando tu sensibilidad .
Ana

Fran dijo...

Bolboreta, sean tus palabras las primeras o las últimas entre los comentarios, las necesito, las quiero, las deseo.

El cariño de las tuyas es muy sólido entre los dos, ambos lo sabemos y me ha encantado que cuando he colgado un post menos literario y más lleno de recuerdos, de amistad, lo has calibrado como nunca. Hoy me hacía especialmente falta.

Sí, tengo una vida plena y en ella estás tú.

Me quedo ese beso dentro para poder devolvértelo mejor.

Fran dijo...

Pues si te abrazas a mis palabras, yo a la esencia que tienen las tuyas. Y no hay cosa que valore más que la ternura, lo sujeta todo, lo llena todo.

Te mando también abrazado la mía.

Fran dijo...

Ana, me da tanto gusto verte por aquí -y no sólo a mí- que me da placer leerte que aunque sola has pisado la arena y relajado la mente.

Ya que hablas de sensibilidad, la tuya la has desplegado muchas veces aquí. Gracias por ella, gracias por estar y por poder intercambiar los abrazos.

Dol dijo...

Se te echaba de menos .
Leerte hoy ha sido reconfortante, aunque hayas echado la vista atrás con melancolía.
Alégrate por esa memoria que es sólo tuya , y en la que caben tantas cosas diferentes...amistad, jolgorios, cordialidades y cariños , cosas locas y cosas serenas .
Todas van contigo en este viaje, en eso consiste la vida, creo.
Un abrazo.

Fran dijo...

Con tus primeras palabras, Reyes, tengo bastante: "se te echaba de menos"

He echado la vista atrás porque lo nece4sitaba, me lo impuso el ambiente, el mar, mis zonas de joven y porque además hacia adelante no tengo la brillantez que necesito.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Hola¡
Permiteme presentarme soy Ana administradora de un directorio de blogs y webs, visité tu página y está genial, me encantaría contar con tu blog en mi sitio web y así mis visitas puedan visitarlo tambien.
Si estas de acuerdo no dudes en escribirme, anacect@gmail.com
Exitos con tu página.
Saludos
Ana

Alejandra dijo...

Fran, has estado un ratito en la arena para las lágrimas necesarias, luego el sol, el mar y la calma.
Encontraste entonces la esquina donde la memoria, la conciencia y la imaginación te han devuelto el latido que vuelve con lo eterno.
Gracias a ello, yo he tenido la recompensa intacta de estar siendo TU.
No me interesa tu edad. Sí tus palabras cuando te permites arriesgarte por amor, por tus sueños,o por la aventura de estar vivo.

Fran dijo...

Sí, Inma, he estado con gente de siempre estos días y he recibido su afecto con el sol, el mar y la cama que tú cuentas.
Registré la memoria muy honda, el recuerdo de lo que di y me dieron.

Ya sé que no te interesa mi edad, a mí tampoco la propia porque detrás de ella todavía queda un hombre capaz de todo, especialmente si el amor anda escondido detrás del beso de la palabra de una mujer.

Te mando el mío.

Fran dijo...

ANA, perdona el desorden en la respuestas.

Gracias por incluirme entre tus blogs y webs y naturalmente tendré mucho gusto en estar en contacto contigo.

Bienvenida

Un beso

Anónimo dijo...

Escucho una canciòn de Ana Gabriel
( Cd Ayer y Hoy) Mirales, escuchales y vivile, y es toda una locura... q hace retornar a lo q dejamos de vivir.
Fram, como siempre plasmando tus inquietudes, sin trabas.
El mar acompaña tantas horas de soledad y compartes con el mil errores y con la esperanza lleguen a quien se hace el sordo, pero se q el mar es parte de su vida, como la mia.
Me alegra q hayas pasado unos dias junto a lo q en si somos.. agua, y si es salada mucho mejor.
Besos maria dolores.

Fran dijo...

Buena respuesta, María Dolores. Buscaré la música, la canción. Igual que he buscado y disfrutado del mar con su agua salada.

Besos así.