sábado, 17 de septiembre de 2011

NO TARDES





“No tardes./No tengo todo el tiempo del mundo por delante.”
Cristina Pieri Rossi

Me lo digo a mí mismo para buscar aun algo más que quisiera que hubiera tenido mi vida. Para tener siempre dos brazos y dormir entre ellos. O en ese cuello largo, perfumado y hondamente suave que tienen las mujeres en el que suelo fijarme. No sé qué me ha pasado, el otro día leyendo a Beigbeder, estaba completamente de acuerdo: “Me interesé antes por los libros que por la vida.” Por eso me llamaron la atención, cuando escribía de vuelta del verano que estaba necesitado de mi hueco, de lo que eran mis necesidades. Llegaron a decirme generosamente: “tú eres más importante que los libros que lees, no eres sólo los libros, sino también lo que llevas dentro.” No estoy muy seguro de ello y por eso estoy callado tantas veces.
Son inmortalmente ciertos los versos de Caballero Bonald: “Somos el tiempo que nos queda.” Empiezo mi pensamiento, enganchado a los poemas porque resulta cada vez más cierto, que en ellos están muchas veces las mejores respuestas. Cuando escribo aquí no ejerzo el enojoso pero liberador a la vez arte de la mentira. Y eso que estás acostumbrado por la vida que cuando cuentas una mentira, tienes que seguir mintiendo. Sin embargo en este entorno es cierto lo que escribo y más aun lo que siento. Un post, una señal, una llamada en este pedazo de papel más mío que de nadie ya, es a veces, como hoy, eso, no tener todo el tiempo del mundo por delante y reclamar de alguna manera que no me tarde ni nadie ni nada bueno por venir.

Todo esto me pasa, este miedo a quedarme corto ahora, por haberme excedido, es mi forma de ser. Luego te devuelven lo que te han de devolver, casi siempre mucho menos, y voy a quitar el casi. Porque yo nunca me canso de sentir dentro ese cúmulo de afectos que es el mínimo cimiento necesario para vivir. Quiero siempre prolongarlo poderoso y ardiente. Tan amante que soy de las palabras, sin embargo, la vida tiene momentos es que es necesario el poderío del silencio, que cesen todas palabras largo rato.
No tardes, me empeño a decirle a la propia vida, todavía me queda algo de ese puntito estupendo para recibir y dar. Aquí, entre esta colección de sentimientos mal escritos está mi fantasía y mi imaginación, la que yo tengo y la que me aportan los libros que he leído. Siempre tengo intención de buscar entre ellos pero me queda menos tiempo, mucho menos tiempo.
Todo es fruto, -lo dije una vez- fruto de mi escasez, de tener pocos recursos y sin embargo no conformarme con ello. Si intento hacer caso de la advertencia que soy más importante de lo que tienen los libros, que vale más lo que llevo dentro, tendré quizá hacer lo que no me he atrevido hasta ahora: no callarme para que puedan los demás comprenderme. Utilizar algún poema como un artefacto para poder escribir los pliegos que le faltan a mi vida, pedirlos, reclamarlos como un lujo y a la vez, parte de mi aliento, igual que el arte más oculto que tiene la vida: no acostumbrarme con lo que me ha ido quedando.
Sigo siendo un hombre con intenciones y proyectos. Me pido todavía a mí mismo buscar cualquier laguna que tenga mi cultura y aquella en las que me sentí más cómodo y más a gusto, ver la manera de poder incrementarlas. Ya sé que querer todo el mundo quiere, pero yo pienso muy en serio qué hacer, cómo pedir lo necesario para sentir de nuevo escalofríos de cariño.
Aunque la edad y los propios errores muchas veces te sitúan en un área de renuncias, aunque ya no puedas volver a tener un cuerpo joven -la renuncia más dolorosa que prepara la vida- dejarme que viva todavía como en una espera  a plazo corto, que me venga cualquier alegría, sabré hacer uso de ella, agradecerla. Mientras, cada página que ponga en este espacio, absolutamente propio, cada uno de los caracteres del tipo de letra que haya elegido será una resistencia a lo impensado, a lo reprimido.
Me queda alguna cosa que no he hecho y en el límite casi del tiempo que tengo por delante, quiero percibir el poder hacerlo, como un cúmulo de riqueza que todavía tengo reservada.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo he leido, me queda el repaso,no quisiera añadir nada, de lo q yo pienso o siento,solo con delicadeza, como vos,intentar darte un comentario q sea lo q me trasmite,al lerlo.
Mañana serà, ahorita me caigo desueño.
Besos maria dolores.

Fran dijo...

Un honor, esperar tu repaso.

Besos

Anónimo dijo...

No tardo, es q no quieres entenderme? no nos gasta, esos sueños tuyos, el tener dos brazos para dormir en ellos.Cuando nos limiten, q se reclama nos serà concedido, <y el silencio te otorga la gran satisfacciòn de haber vivo esos momentos q jamàs se apartan de vos. siempre es limitado nuestro tiempo y ahi, nuestro error, tiene un curso muy afectivo, q compartes amor y lo atrapamos, ello me recuerda a Ismael Serrano.
Sales y tu compartes nuestro hueco.
Besos maria dolores.

Anónimo dijo...

La mentira destruye el amor.
besos maria dolores.

Fran dijo...

Siempre junto sueños y realidad, ya sabes. Este escritorio lo tengo siempre vivo y tierno para eso: los momentos que he vivido y los que me hubiera gustado.

Besos