lunes, 26 de septiembre de 2011

CUANDO YA NO SON BASTANTE LOS ABRAZOS


Ni la memoria que tienen las caricias o los besos apretados, la costumbre de notar a alguien siempre cerca, que reconozcan tu ruido al entrar en casa, eso supone que el amor se acaba, una ley más antigua que las leyes antiguas. Coincide a la vez con que termina el estado lento y animal de los cuerpos jóvenes. Pero entonces empieza algo más difícil de abarcar y muy hermoso, más culto, más espeso y duradero que es esa convivencia tan difícil entre un hombre y una mujer, acabado el amor, cuando ni sirve te quiero ya que estamos en pleno desamor, la única certeza que tenemos entre dos. Y nos quedamos tan solo con eso, esa continuidad de instantes cotidianos, repetidos y difíciles, con agrados y desagrados mezclados pero que aun haciendo grieta sirven poder sostenerse luego, sobre todo antes del final cuando el ser humano con la soledad anterior a la muerte va a sentirse peor, mucho peor.
Vamos ya notándolo, nos notamos ansiosos, igual que antes amábamos, de ser únicamente cotidiano, lo que hacemos cada vez sin que sea una novedad, nada parecido al atractivo de la seducción. Seducimos y nos dejamos seducir antaño, ahora toca lo diario, mirarse poco rato, tocarse apenas pero que sea suficiente, como un apoyo, una solidez que no necesita ya de los abrazos que sin embargo cuando empezamos a darlos parecía que iban a ser para siempre, como una predestinación, una especie de embargo de los sentimientos. La vida nos va clavando espinas cada vez más grandes y entonces ya no son posibles esos abrazos.

Las heridas que nos producen esas espinas tienen muchas veces formas de decepción, incluso en nosotros mismos. Es como si hiciéramos un repaso y nos fuéramos quedando decepcionados porque nuestras propios deseos de siempre se van minimizando, entran en una especie de rutina y de inercia con la que hemos de conseguir que eso constituya un cimiento, un aviso para la convivencia como sea. Y detrás de ellos, si nos fijamos bien, es más de lo mismo, de lo antiguo porque es imposible dejar de querer lo que fue tan importante, aquello con quién fuimos construyendo nuestra vida hasta este momento, donde suplimos ausencias de antes con una fortaleza que tiene algo, a veces poco valorado, la costumbre, el hábito, lo cotidiano si viene desde atrás con la suficiente nobleza.

Hay que estar muy seguro de una persona como es, ese conocimiento suele estar en cualquier sitio si nos fijamos bien, en maneras de ser que no pueden serlo de otra manera. Y entender luego que el tiempo no deteriora sólo tejidos y articulaciones, no produce únicamente espacios y formas a las que no se puede llegar. El tiempo hace siempre mucho daño a todos a la vez, hace daño naturalmente hasta al amor porque está inscrito el desamor igual que en la vida está inscrita la muerte.  El tiempo en forma de recuerdo hace que te duelan las palabras que nos llegaste a decir ni caricias que querías dar. Hasta cosas del otro por saber, por descubrir.

Y ahora cuando llega lo que debiéramos llamar el tiempo de las grietas inesperadas, estando en peores condiciones, a mí me gustaría en este sitio, esta vida paralela de la red donde al final me quedaré completamente solo, que todo el mundo entendiera que la he utilizado como una manera de expresarme. No voy a echar nada ni a nadie de menos, he dado lo que pude y ando bastante bien preparado si me quedo del todo sin abrazos y únicamente tengo que hacer eso, convivir hasta donde llegue. No es ninguna renuncia, igual que una bella mujer jamás en su juventud lo hará con un simple movimiento de caderas para encontrar alguna forma antigua de seducción no practicada.
Igual que el sexo crea una intimidad especial entre las personas, yo lo hago con las palabras, quietas, humildes propias. Pero aquí voy a dárselas a nadie que no sepa pedírmelas. Lo he dicho alguna vez, mi realidad nunca fue gran cosa, además de que es difícil que supongan alguna especie de grandeza para casi nadie.

A lo mejor todo esto no es más que una excusa como una prenda de ropa que me aprieta, pero hay que acostumbrarse a la ropa vieja. Lo que vengo diciendo, lo que me queda por decir y por vivir, es una necesidad. Para al final tengo que confirmar que no me gustan los silencios, prefiero las conversaciones y hasta lo inevitable, lo de siempre, pero bien hecho, prefiero llegar de nuevo, a viejo, pero conservando el cariño. No hacen falta ya los abrazos,  si no nada menos que la convivencia.
Es hermosamente inevitable.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

El tiempo me es escaso pero mi abrazo y mi recuerdo lo tendrás siempre Fran querido.

Un inmenso beso

María

Fran dijo...

No te preocupes, María, con que me leas cuando puedas tengo bastante.

Igual de beso

Anónimo dijo...

La convivencia.........tema muy dificil de analizar, no todos sabem q es la convivenvia, porq quieren imponer sus reglas y con el tiempo se hace insoportablecon ellas estas destruyendo.
Empezamos a construir una vida nueva, otra etapa, pero como seguir con se desligue de lo anterior?q lo tiene como bandera.Palabras q las dice una porq piensas q asi lo retienes y poco a poco se deterioran las relaciones. todos damos lo q està a nuestro alcance, solo q a veces nos dicen locos, y estando ellos en la misma linea caen y yo soy incapaz de dañarlos( tu haces ahora lo mismo) ellos pensaron q es el medio de destruir las parejas y cuando ellos entran en este mundo, ya es solo pasar el rato.
Fram... no dejes de enviar esas palabras de aliento, esos comentarios q solo en el corazòn y a solas disfrutamos , de lo malo y lo bueno, de nuestros errore.
Cuando se acepta una nueva relaciòn , tiene q estar convencido q con mentiras nada se alcanza.
besos maria dolores.

Anónimo dijo...

Veras q hay palabras con defentos, pero es q màs de una vez he quedido corregir al repasarlas y se me borra, tos. me quedo en blanco o lo dejo.
Disculpa
besos maria dolres

Fran dijo...

Me sarisface mucho, María Dolores, que te sirvan mis palabras. Son muy reales, son como las siento.

No hace falta que corrijas nada, te entiendo perfectamente como tú me entiendes a mí. No olvides que la escritura en la red tiene que tener prontitud, más allá de cualquier perfección.

Me importa siempre leer lo que piensas.

Besos

Anónimo dijo...

Hola Fran,sabes que te sigo ,siempre estoy aquí aunque no me de tiempo para poner unas letras.Me encantan tus hechiceras palabras llenas de grandes sentimientos,me encanta leerte y recrearme en la lectura.
Un enorme abrazo.
Ana

Fran dijo...

Ya lo sé, Ana, y que me lees con agrado hace ya mucho tiempo.

Me basta tu abrazo que te devuelvo igual.

BB dijo...

Para mi, los abrazos siempre serán pocos, siempre serán tan necesitados, como lo es el respirar y si aún se tiembla con su roce, con ese dulce calor que ellos producen, si aún se añoran, entonces, son la única forma que reconozco de sentirme viva...
Entonces, yo te envío este abrazo, tan nuevo, para que tú lo estrenes...
Un beso, Fran
BB

Fran dijo...

Tus palabras muestrasn tu enorme grado de sensibilidad, BB. Y por supuesto recibo tu abrazo, cálido y nuevo que te devuelvo con su mismo formato y personalidad.

Gracias

Anónimo dijo...

¿ Q dejamos atras? mejor q nada es el amor q siempre intentamos trasmitir, aquello q fue unico, q no siempre valoraròn, pero se quedo estampado, el folio nºxxxx, pero q archivo, como nuestra partida de nacimiento. esa q dejamos atras, para no recordar lo q dejamos de hacer... solo ,si, leer unas letras de aliciente, algo q nos da un rato q pensar, unas horas de calma y sosiego.Q màs hermoso q eso, nada porq los demàs pasan pagina con prisas, la juventud es eso.
Besos maria dolores.

Fran dijo...

Sí, qué cierto es que la juventud pasa las páginas con prisa. Lo que dejamos atrás, María Dolores, es una forma de vivir. Y al envejecer de alguna manera vamos creciendo.

Gracias siempre a tus palabras.

Un beso