lunes, 11 de octubre de 2010

CEDERÉ MIS DERECHOS DE AUTOR


Y me apoyaré otra vez en el sitio que tuve y sigo teniendo porque las palabras propias, las hice precisamente demasiado hondas para quedármelas a solas. Será suficiente para volver a añadir algunas nuevas, que su lectura -como me dicen aquí mismo- “apacigüe y levante el ánimo”. Porque precisamente de ánimos no andamos nadie demasiado sobrados.



Voy a ver cómo me las arreglo para calmar cualquier mar de tristeza, para que vuelva a haber de nuevo, algún rato, precisamente un mar de tranquilidad que a todos nos hace falta. Ando ahora metido con los versos de un novelista que en “Cháchara” asegura donde escribe: “se está bien aquí, en la intemperie del ahora/sin sitio a dónde ir y sin memoria de dónde estuvimos.” Y además añade después que es un sitio “donde no vamos a morirnos. No se puede.”


Sin embargo yo estos días casi sentí de cerca la sensación de cómo era lo más parecido a morirse. No tuve dolencias graves, solamente un desarreglo, un olvido, un pequeño parche para mi organismo. No poder interrumpir la propia vida con algo de sueño, esas horas que necesita el cuerpo, esa manera de acercarse a estar , dormido, pero sntiéndose bien.


Ya lo tengo arreglado y por eso al leer que alguien que no tiene más apaciguamiento que esta especie de cuelgue producida por la expresión de mis sentimientos, las palabras que suelo recoger de cualquier libro, por eso, vengo un rato de nuevo, al mismo sitio. Mi literatura tendrá el suyo propio, aquí es cuestión de tacto, del roce de la piel con alguien, de la poderosa imagen de la imaginación, de volver a vivir como lo he tenido que hacer yo mismo en mi propio terreno. También yo necesitaba de alguna manera apaciguarme.


Ya estoy de nuevo por los sitios, por las calles que me son propias; he empezado -ya que el poeta dice que no vamos a morirnos- a hacerle caso a él. He empezado por irme a mi espacio inevitable donde me venden los libros, para que a cambio de este libro de versos que os hablo, o de unos deliciosos cuentos de Le Clezio por fin me han dicho que me dan un beso donde quiera o como el poeta si es preciso “me regalan un tatuaje en cualquier sitio”.


Quiero que sea suficiente para quien me vuelva a leer, que se quede sin ansiedad, que el mar vuelva a ser el mar que era. Mis palabras son públicas y sirven fácilmente, hasta como he dicho, estaba necesitado yo de ellas; como pienso de nuevo será siempre este papel ya bastante usado, esta misión, este empeño de volver a explicarle a cualquier mujer que me esté ahora leyendo que necesito yo también que me eduquen de nuevo, hasta lo que todos necesitamos: lo proporciona copular con el amor todas veces que se pueda.


Ya sabéis que siento cerca la turbiedad que ponen los años en la propia memoria; que siempre que escribo aquí es para explicar como dije hace días aquí mismo, sintiendo el abrazo inexplicable de alguien con genes propios, que es imposible sospechar que exista la tristeza con esos condicionantes. No me hace falta ni el derecho del lenguaje, que lo ponga cualquiera en cualquier respuesta; me comentan lo que no tiene comentario posible: es mi tacto, mi ternura, lo que se nota en la espalda con el abrazo.


Tendré, pues, que intentar brillar de nuevo de alguna manera, sobrevivir aquí más cerca, no apartarme del todo si le hace daño a alguien. Tenderé la mano, abriré la ventana de mi cuarto y lo primero que se nota, es que está lleno de libros y entre ellos el cariño que siempre puse con la gente. Quiero que mis momentos se noten, sean de nuevo los momentos de alguien que pueda necesitarlos.


Total, ahora que yo mismo me estoy leyendo, pienso que es una manera de guardar y hacer notar mi silencio, que se note, lo mismo que se nota el amor –lo he dicho varias veces- cuando no dices nada.


No tengo más derechos que aquellas palabras que escriben los demás.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuántas cosas he aprendido de ti!Fran, te he acompañado en silencio ,a esperar paciente una nueva palabra,a leer con confianza todo lo que tus sentimientos transmiten .Seguridad siempre es presente, a tu lado porque descubro que el miedo o la soledad,es espejismo.
A tu lado,siempre.
Ana

Fran dijo...

Pues no pretendo enseñar nada, Ana, sino aprender de los demás. Si te han servido mis palabras, me satisface plenamente. Todos pasamos miedos y sentimos soledades, pero las vencemos una y otra vez.

Siempre tendrás sitio a mi lado.

Anónimo dijo...

Tu capacidad de entrega y de generar feliciadad es la carta de presentación que te precede, mi querido Fran y el orgullo de formar parte de ese club selecto de las personas que formamos parte de tu cariño me hace sentir que la vida me ha otorgado lo más valioso que se puede dar a una persona y es que alguien te quiera tanto como para ser capaz de sacrificar en determinado momento parte de su bienestar para ofrecer un sofá de aliento y cariño cuando se necesita.

Esa cesión de derechos de autor te honra como ser humano y te eleva por encima del egoismo de quienes viven por y para sí mismos...

Te quiero por muchas cosas que sería largo de enumerar, hoy te quiero por estar aquí de nuevo, se que me entiendes y no hace falta decir nada más.

Ana, tenemos en Fran esa "rara avis" que se ha posado en nuestro balcón y que no lo abandona porque sabe que su contemplación es nuestra felicidad y nosotras, entre otros, somos las afortunadas seguidoras de una de las personas mas especiales y buenas que me he encontrado en la vida.

Un beso, Fran y un abrazo para ti Ana para que ese ánimmo se venga muy arriba.

Bolbereta

Fran dijo...

Me entrego a quién lo merece, mariposa con la que sueño desde que un día voló cerca de mí, porque entendí su belleza y me cautivó su cariño. Así me vengo acercando a ti, así lo seguiré haciendo.

No formas parte de ningún club selecto, hay gente que comenta mis escritos aquí e intento devolverle el afecto que pone a veces, pero tú vas de por libre porque vuelas y todavía no te he podido atrapar como quisiera.

Estoy aquí de nuevo, como cada vez que me deje caer y naturalmente que te entiendo como tú a mí.

Sé que me quieres por muchos motivos, y el más importante es que esa persona especial, eres necesariamente tú. Yo soy simplemente un buen chico, que insisto, te ve volar y te admira más de lo piensas. ¿Sabes qué hago a veces? Como si me sentara en el suelo a esperar hasta que llegues. Lo digo aquí, lo diré dónde haga falta.

Un beso, Bolboreta, párate un rato, a mi lado, te hace falta poco sitio. Ya lo tienes ganado.

Anónimo dijo...

Aquí me tienes, parada a tu lado, como esa mariposa que se posa sobre tu hombro y permanece ahí, quieta esperando el mimo del sol... Asi me tienes.

Un beso tan inmenso como mi cariño y mi respeto por ti.


Bolboreta

Fran dijo...

A respuesta tan hermosa sólo cabe reducir el espacio y aumentar el cariño lleno de mimo.

Anónimo dijo...

Querido Fram:te esperaba, me preguntaba, estara de viaje, q nos contarà... pero veo q solo fue un lapsu en el quehacer diario, un parche no viene mal, asi caminamos muchos, pero sin perder el horizonte... tus derechos de autor son para este blog, el q tu empeñas en mantener vivo y mantenernos ahi, con la esperanza de saber otra etapa de nuestra vida, porq aunq no lo creas en cada uno nos das un nuevo camino o atajo q tomar, para seguir leyendo, interpretando y porq no cantando victoria, otro dia con un sol explendido y las ventanas llenando de calor lo q a veces sentimos el frio de la soledad.
Un beso maria dolores.

Fran dijo...

Llevas razón, María Dolores, no puedo dejar este blog, este sitio, no por mis propios escritos, sino por las respuestas, los comentarios, lo que dices que sirve para otro día con un sol espléndido, llenando las ventanas de calor.

Gracias por tus palabras.

Un beso

Anónimo dijo...

Hoy quiero Fran:
la caricia de tu silencio. De tus ojos; la dulzura. De tus sentimientos; su calidez. De tu seguridad;abandonar mis miedos. De tus letras ;que cobijen mis mas relajados sueños.
Un abrazo.
Ana

Fran dijo...

Lo que hoy quieres lo tienes siempre, Ana. Sabes que cuando hace falta guardar silencio aquí, lo hago, y si te hace falta mi seguridad para eliminar tus miedos, es tuya.

Sueña