viernes, 23 de diciembre de 2011

LA EXIGENCIA DE ESTAR VIVO



Ya lo sé, me desdigo, cuando dije que ya no necesitaba el lenguaje. Será ahora por culpa de los versos que estoy leyendo, de ese grupo de poetas “Tenían veinte años y estaban locos.” Pero la palabra siempre fue en mi vida la guarida que tiene conmigo quien me quiera. Yo me espero en la curva de algún cuello, en el mundo inacabable de la axila. Son días de compañía, más diría de cercanía. A lo mejor hasta necesito la sensación de lo indebido, el mejor almacén de la memoria, la custodia que tienen los libros leyéndolos. Me desdigo, repito, pero la exigencia de estar vivo, estos días, que a lo mejor son menos míos pero estoy más con los míos, me hará buscar de nuevo a ratos entre veinte o treinta mil registros las palabras que otros dijeron, que pusieron en su sitio, a mi alcance, para eso, para ayudarme a estar vivo.

Me viene casi al pelo ese cuento de Pablo Gutiérrez, “Conferencia” que recuerda sus tiempos, los tiempos en que “nos refugiábamos en los portales para manosearnos tímidamente con la sensación de lo indebido y en cambio ellos registran y almacenan en la memoria de sus minicámaras cada corchete de sujetador, cada goma de esperma, fabulosos coleccionistas." Debían ser otros,  aunque han sido testimonio de esos tiempos, otra forma de juventud: manosearse con la sensación de lo indebido.

Pero mi propia juventud -como fuera- es la que echo de menos, la que todavía recuerda sobre todo mi cuerpo y que me ha negado ya la vida para siempre, aquella juventud maniática de la juventud, que vivimos sin saber bien del todo lo que era. Ahora pienso, que aunque los años me la hayan dejado ya tan lejos, no obstante, como me ha escrito hace días una entrañable amiga, quiero conservar como sea la curiosidad mental, generalizada, para poder llegar a aprender algo más en la vida.

Desde aquellos tiempos hasta ahora, he vivido muchos días de sentirme verdaderamente acompañado y a lo mejor no sabía cómo era eso de la mejor compañía. Sin ninguna complicación darte cuenta que eres lo que amas, a quien amas y no quién te ama. Ya, ya se acercaran si quieren darte algo mejor de lo que tienes. Eso espero, eso me mantiene vivo. Pero me da miedo la soledad que tantas veces me invento, contada casi a secas, sin metáfora suelta. No obstante, muchas veces, sentir esa soledad tan cerca es como un pellizco a la felicidad, lo que constituye mis propias emociones sin las cuales no hay proyecto de mantenerse vivo que valga.

Nada menos que mantenerse sin saber hasta cuando. Parecido a la sensación de estar acompañado y que luego te pregunten hace cuánto tiempo, y tú digas, poco rato. Pues igual me queda poco rato, ese espacio de tiempo especialmente corto voy a hacerlo largo con esa curiosidad que necesariamente tengo, con el apoyo del lenguaje como si cada sílaba tuviera un atributo. Por eso a veces hasta engaño, tengo pose de poeta sin poder llegar nunca a ser poeta.

Pero igual que hace unos días aquí mismo contaba la naturalidad de cometer mi última locura, quiero apuntalar ahora la imperiosa necesidad que siento de comerme hasta que pueda, mientras pueda, el mundo que me queda. Siento como un calor repentino engrasado a veces de tristeza, pero da lo mismo, una y otra vez sacaré curiosidades y energías por desenvolver. Es preciso que descubra de nuevo una nueva fascinación en el mundo que prefiero. Ya que lo cité antes a Pablo Gutiérrez, "me asusta pensar qué cosas me atreveré a hacer conmigo, la única persona a la que puedo amar y apretar y putear de veras."  Me da miedo, pero al mismo tiempo señala mis medidas, me devuelve los centímetros de altura que me quitaron en los quirófanos de trauma.

Me da miedo, pero me alienta la exigencia de estar vivo no sé el tiempo, de hacer que las mañanas me crezcan cada vez más hermosas, que alguna poderosa amistad me entienda cuando escribo, cuando cuento lo que leo y por qué lo leo. Seguiré no obstante leyendo hasta que se me partan los libros, se me revienten los ojos y tenga la ilusión que no me quepan ya los libros ni en la memoria, ni en las paredes de mi casa. Contento de estar no sé cómo, pero teniendo con la vida suficiente.

Doy las gracias a la vida y a mi propia exigencia de estar vivo.




10 comentarios:

Anónimo dijo...

Queridísimo Fran, aunque no necesito el calendario para cualquier día mandarte un fuerte beso. Déjame que me apoye en tus magnificas palabras que a cada línea es un privilegio para los que amamos la lectura.
Muy Feliz Navidad!

Fran dijo...

Gracias por tus palabras.
Entre las mías y las tuyas, mi mejor beso.

Feliz Navidad

Anónimo dijo...

Feliz Navidad para ti y para las personas que están contigo . Te deseo de corazón que pases momentos lleno felicidad,en estos días de Navidad.
Ana

Anónimo dijo...

Felices Fiestas, la Navidad es cada dia del año, es el renacer, q la vida nos ofrece... al menos muchos, pensamos asì.

Ya de regreso a casa, como asidua de tus letras, aca estarè.

Besos maria dolores.

Fran dijo...

Feliz Navidad, Ana. Tus deseos y mensajes siempre están llenos de lo mejor.

Besos

Fran dijo...

¿Por dónde andarás María Dolores? Mis letras te esperan. Feliz Navidad.

Besos

Dol dijo...

Feliz año nuevo,Fran; espero seguir leyéndote en 2012 y sintiendo tu esencia como aquel primer día.
Pásalo bien .
Un abrazo.

Fran dijo...

Y yo te leeré a ti, reyes, mi poeta, mi esencia que nunca has dejado de serlo.

Feliz Año y mil besos

Anónimo dijo...

No estaba lejos, en las islas afortunadas, pero con una tarea poco agradable, aunq como me dicen , de donde sacas tanta paciencia, y no saben q los años te hacen ser asi, me necesitaban, pues a controlar la negativa, la barrera q necesitaban, Yo como siempre apesar de los pesares salia a conocer, conversar y comentar, hay maneras de sentirse, algo, aunq consideren q les coartaba la intimidad, pero q intimidad.... solo faltaba q saliera volando la mesa, porq la verdad q las sillas,puertas y armarios resistian los malos tratos.Q manera de agredir a la persona q segùn ellas aman siempre q tengan el bolsillo abierto.cuando las estàn destrozando la vida.
Bueno no es para ponernos tristes, si para sentir q nacemos cada dia y con la malsana curiosidad, de mirar al frente y curiosear q puede haber entre tules.

Besos maria dolores.

Fran dijo...

Aunque estuvieras lejos, por lo que cuentas tu "misión" ha sido importante y eficaz como siempre.

Elimina cualquier tristeza y mira, mira al frente como bien apuntas.

Un beso