Como una manera de tantear el destino. Dejar de leer tanto y
no escribir nada luego para saber más de cerca, más de verdad, cómo me
considera la gente. La escritura, al fin y al cabo, no es más que un ejercicio
que practicas cuando te sientes solo, es una sugestión, hacer que te entiendan
mejor quienes te leen. Es la manera de contar lo que no puedes decirle a nadie.
Y si tu página pública un día se queda en blanco sin respuesta alguna, lo mejor
es dejar de hacerlo, darte de baja, dejar de ser socio de esa comunicación que
nunca llegaste a creerte del todo.
Ese es el camino, ya lo tengo pensado. De
alguna manera –teniendo en cuenta los antecedentes- se acaba uno de convencer
que la vida no es una permanencia, y la muerte que viene después, hay un poeta
colombiano, Nicanor Vélez, que supo definirla muy bien: “La muerte, por lo
visto, cuando llega/nos dice: “ya no más”./Es un silencio despojado/de voces y
de gritos/de alaridos, silencios y murmullos./Dicen que la muerte es
simplemente eso:/un ya no más.”
Pues mejor, antes que llegue, elegir tu propio silencio,
recordar que en todo ese tiempo fui demasiadas veces quizá excesivamente
generoso, y eso que la generosidad nunca debe tener ni paredes ni tiempo.
Primero, lo recuerdo, puse mi carnet de identidad, mi yo más verdadero y más
duradero. Luego elegí una ropa corta y cómoda para estar por casa con un Nick
delante para cualquier escrito o un simple post; y un apellido después, del
que un día supo trazarme León Felipe su camino (¡y dale con los versos!): “Ser en
la vida romero que cruza siempre por caminos nuevos.”
Me para no
obstante el reguero que a veces, ante personas permanentemente fieles, pueden
producir mis palabras: “Me gusta tu palabra, tu forma de hablarnos del amor, de
la distancia o de la indiferencia. Es tu bella palabra la que nos llega, nos
acaricia, nos toca.” Lo tengo colgado tan reciente que no puedo negar la misma
certeza que siento: la palabra toca, si no ya no sirve. Y cuando la he ofrecido
tantas veces en estas públicas páginas de la red, de quien llegó a tocarle
necesito saberlo. No es una cuestión de vanidad, es rito, es una elemental
respuesta porque “he tenido que batallar tanto con ellas, amarlas con locura,
beber de sus fuentes para poder vivir.” Son palabras de Nuria Amat.
Antes de que llegue el
silencio, el definitivo silencio, “despojado de voces y de gritos” según el
poeta. Antes de ya no más, ya no lo voy a hacer más. Mis lecturas serán sólo
propias y de quienes estén más cerca, mi manera de ser, íntima y propia,
parecida a vieja. Y mirar que queda, puede que junto con las paredes más
queridas cubiertas con libros, como explicación a lo que fue esa manera de ser;
que prevalezcan al menos cuatro notas escritas sobre el amor, lo más inusitado que se ha
inventado en la vida –ya que estamos todavía en la vida- una norma no escrita,
una comunicación, una caricia.
Puede llegar un momento –lo
aviso- que sea sólo un gesto de las manos, o como antes, dejar a las palabras
sin lenguaje para notarte más cerca, pero a la vez, la manera que uno tiene de
no permanecer callado.
7 comentarios:
La palabra de otros te ha nutrido siempre, pero, la que a mi me gusta es la que tú viertes aquí, la que nos llega desde tus adentros, desde ti. Es entonces cuando se vuelve íntima, única, inédita, hermosa.
Esa es la que yo quiero leer, la que me emociona, acaricia, toca: tu palabra.
Y quizás, alguna tarde cualquiera, mientras vemos pasar el mundo, me la cuentes, me la regales...
Un beso,Fran
BB
Desde la distancia que se puede poner razonablemente cuando los amigos y los amantes se olvidan , te mando esta noche un abrazo cercano:porque las riadas de palabras con las que jugamos no pueden sustituir al amor del que fueron portadoras.
En teoría.
En la práctica, también .
Estoy dotada para percibir belleza incluso donde no la hay , querido Fran ; incluso podría morir prematuramente si me lo propusiera , de tristeza, mañana mismo.
Pero no me lo puedo permitir.
La comentarista anterior, que me es muy querida también , y tú ,sabéis por qué he de vivir.
Con esa fuerza obligada te pido que no dejes de escribir.
Besos.
BB, ocurre que la palabra de otros cuando la lees con devoción acaba siendo propia. Pero esa manera de acercarla hasta quí, que es la que quieres leer, me sirve para no dejar de escribirla, si no ya lo hubiera hecho hace tiempo.
Y, en efecto, la carga de amor que uno pone en ellas, es más poderosa que las propias palabras. Por lo menos, eso es lo que intento siempre. Y estoy dispuesto a regalártela siempre. No lo dudes, viendo pasar el mundo también con mi beso.
Ni los amigos, ni los amantes, reyes, se pueden olvidar sobre todo cuando como recuerdas, hubo tanta carga valiosa y verdadera en las palabras con que lo contamos. Como dices en teoría y en la práctica de alguna manera.
Tú no sólo estás dotada para percibir la belleza, si no para transmitirla a los demás porque eres tan propietaria de la misma -muchas veces pregonada por mí- que será capaz de vencer siempre tu tristeza.
Vive, ama, por favor. Lo haces como nadie. Con esa condición también seguiré escribiendo.
Besos
Hola Fram; desde lejos, bueno no tanto, pase unos diàs sin poder leer lo q en sì, quieres decirnos, tienes tantos corazones abiertos, q no te faltara ninguno q no este al loro.
Hay una palabra absoluta y cierta, el jamàs no existe para tus letras, para poder trasmitir, lo q en persona arias con intenso amor, volvemos a escucharte..... con todo amor.
Besos maria dolores.
Qué bello y qué cierto, María Dolores. "El jamás" no quiero que exista para mis letras.
Gracias
Un beso
mejor seria harias. jajajajajaja besos maria dolores.
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