POR CORREVEIDILE
Tengo un breve póstumo para el día que se muera Mandela –por si ya no estoy:
“De buena mañana y al pasar junto al kiosco, leo que ha muerto Madiva, el gran Mandela. Meneo la cabeza con disgusto y desaprobación. Estos hombres no deberían morir –me digo. Es como si apagaran, de pronto y sin avisar, el faro que guía al navegante y le lleva a puerto en medio de la tormenta, en la noche infame de mar arbolada.
En un abrir y cerrar de ojos, se queda uno huérfano, sin la luz del gran sabio africano. Me alejo renuente, sin intento, meneando la cabeza en desacuerdo, tan desorientado, tan roto, que no sé por dónde tiro. En la ciudad donde vivo hay una plaza que lleva su nombre. Y sin marchar a lugar cierto y como quien no quiere la cosa, hasta allí me llego, alguna que otra rosa segada sobre el pavimento y bajo el rótulo, yace allí desparramada. Que sabes que, al tercer día, ni es rosa ni es nada."
Quiera Dios que no vea el día de la orfandad en que nos dejaría Mandela, si se va. Con la vista cansada, como andamos de tanto ver, el oído de tanto oír y el corazón de tanto odiar. “Mientras tengas fuerzas –no más fuera que el aliento, para ayudar a otro, no mueres” – dijo. Solo pido precederle. Ainsi.soit-il. (1)
(1) Que así sea
2 comentarios:
Seres asì, jamàs mueren, su idea de compartir, lo poco o mucho q tenemos, es su bandera, quizas se nos ayude a respetar y dar , tan solo un poquito de lo mucho q nos sobra.
Besos maria dolores.
Graciaspor tu comentario. Se lo hare llegar a su autor.
Bsos
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