miércoles, 11 de febrero de 2009

Ni a medias ni tres cuartos


Es lo mejor que tengo desde la primera palabra mía que se me escapó allá donde estuviera escribiendo, hablaba del amor y terminaba en el amor. Pero a la vez esa capacidad de resistencia es un hueco que hace daño, es una manera de no estar nunca bien consigo mismo. Muchas veces prevalece en mí lo sugestivo, lo milagroso con cara dura de puta mal pagada, sin una explicación a lo que no requiere nada más que el esfuerzo.

Comienzo cada mañana –lo he explicado muchas veces- con la retórica del café que me va a servir todo el día, llevo a cuestas porque quiero, porque me empeño, una soledad que no sé si me hace más valiente, pero sí más verdadero. Transcurro todo el día ahogado en la literatura que me aprendí al levantarme con la comodidad de mi butaca de cuero, un milenio de música más bien fuerte para hora tan temprana. No me importa que les moleste a los demás vecinos, somos poco vecinos y yo he terminado la noche leyendo, con el fondo impertinente de los seriales de la tele.

Hay días que ando corto de recursos, que los empiezo con explicaciones que no debieron darme porque nada es definitivo, nadie sabe probablemente nada de los demás, porque ignoran que detrás llevo los rendimientos que me gané desde joven, los que me hicieron bello y fuerte porque tengo la belleza en la insistencia de la mirada, eso que planea sobre nosotros con una crueldad constante y que de nada sirve apartarla cuando la vida muestra su imagen más sombría y paralizadora. Yo la dejo quieta como señal de poderío, casi obscenamente, explicando que estoy intentando curarme como un cabrón que no decaigo. Soy un refinado, artista con esa mirada, penetrante como si fuera a acariciar distraídamente algún escote.

Pues mejor, si noto que voy mal de prestaciones, no cambio de ordenador y tengo al lado otro, presto lo mejor de mí mismo a mí mismo; saco la más íntima dosis de poder y me lo digo enseguida en voz alta: ni mitades ni tres cuartos todo entero que puedes con ello, eso es una especie de mezcla de orgullo y orgasmo inminente, una adicción mala abierta hasta un altar de sacrificio, es malsano, pero poderoso, es como si mi cuerpo tuviera siempre un cuerpo adjunto, un patetismo de necesidades bien hechas, un amor lleno de conflictos y a la vez de esperanzas.

Derramo mi simiente en mi propio lecho siempre, vivo para poder escribir, para leer sin remedio, para tener apetito y saciarlo luego, nada me apacigua y si veo que no llego, llego. Basta con que me miren con cariño –y si no lo hago yo en el espejo- para que mis engranajes funcionen y una vez puesto en marcha es difícil que me paren.

Ya lo sé que en ese desear siempre algo más, radica la infelicidad del hombre, de ahí salen las fisuras, las malditas fisuras que te lesionan la concentración, hasta la cópula si es que estás copulando -¡mira por donde!-. Pero me da lo mismo, voy a ser infeliz tres o cuatro veces con lo que me queda y mientras pensar que soy lo que creo que soy, una de las formas de la felicidad o que cada uno haga su vida y yo me las apaño bien.

Cuando vienen las fisuras, a lo mejor hay alguien que no te deja ni hablar de ellas y tienes que echar mano de la autoridad y la ternura, de saber decir te quiero entre las manos –eso sí, con las manos a raya- todo bien elegante y bien pausado.

Hoy he encargado un libro: “Todo lleva carne” de Peio Riaño. ¡Ay, Fran, me ha dicho Bea, siempre te pierdes con la carne y yo le he contestado, es mi cólera, mi milagro aunque no me dejes la tuya que respira y se mueve. Ya quedamos, Fran, ya quedamos al salir cualquier tarde.

He tenido bastante con su risa y el libro, con las ganas de estar bien que yo llevaba puestas precisamente en mi propia carne, con que se me notaba que no me basta ni la mitad ni los tres cuartos. Lo quiero todo como si fueran asuntos propios que tiene fácil solución.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Fran , haces bien en quererlo todo.
No se puede hacer (ni ser) de otra manera.
Mil besos .

Bambú Blanco dijo...

Todo es nada y nada es todo.
Un abrazo.

Lila dijo...

EL TODO, seduce, apasiona, pero no sacia, siempre pedirás más...

Me apunto el libro, la carne me pierde.

Un apretón.

Fran dijo...

Me quedo muy contento, Reyes, que me digas que hago bien, porque en ti siempre que te leo hay una capacidad de lucha superior.

Mil besos más uno

Fran dijo...

BAMBÚ BLANCO, ya que tú pones con mayúsculas el todo, prefiero hacerlo con tu nombre.

Mi abrazo también

Fran dijo...

Eso es lo que me pasa, Esperanza, que quiero siempre más. ¿Tú sabes cómo se consigue?

De carne venimos, carne somos.

Apretado me siento.

Resultaque la que ponía el TODO con mayúsculas, eras tú, pues pongámoslo todos.

Maga h dijo...

Fran, siempre interesante, pero quisiera robarte una frase: "Llevo a cuestas una soledad que no se si me hace mas valiente, pero si mas verdadero"
Genial!!

Abrazo

Anónimo dijo...

Fran, es lo más hermoso que has
escrito. Demasiado conmovedor,
para poder decírtelo, así, en un
par de líneas, que poco significan...
BB

Allek dijo...

preciosas fotos..
y textos maravillosos..
te dejo un fuerte abrazo..

Fran dijo...

BB, lo que he puesto en este post es toda mi capacidad de resistencia. Una realidad que vivo día a día.

Besos

Fran dijo...

Gracias, Allek. Ya he echado un vistazo a tus blogs. ¿Quién habla de imágenes?

Un abrazo

Anónimo dijo...

Admirado hombre de verbo elegante y pluma prodigiosa, ¿qué te puedo decir que no sepas? Podría enumerar tus virtudes, y no tendría tiempo suficiente, podría recrearme en cada carta, escrito, cada relato relatar mis añoranzas, pero no te añoro, te tengo en cada línea, en cada adjetivo, existes y te haces presente en éste taller de privilegio.

Siempre rendida ante tu genialidad,

María

Fran dijo...

Pues si tú me tienes yo te tengo, María.

Es difícil mantener con el tiempo en la red, amistad y cariño. Hace ya mucho tiempo surgió entre los dos y se ha quedado, se ha quedado para siempre porque tú siempre formarás parte de mi "taller de privilegio".

Un beso de privilegio porque es para ti

Fran dijo...

Magha, es que la soledad no nos fortalece, pero si nos hace más verídicos. Y yo la verdad la busco cómo sea.

Gracias por tus palabras. Perdona el retraso. Se me habían pasado

Anónimo dijo...

Tus palabras nunca te abandonaran, tienes el don de ellas y aliviarán siempre tus dolores y el del alma de todo aquel que te lea, que nunca te abandone, aquella primavera.
Un comienzo de lo más cotidiano, para la mayoría de las personas, me refiero al café, lo demás depende del tiempo de cada uno, todos necesitamos hacernos amigos, aunque sea del mismísimo diablo pero que nos acompañe, que nos ayude a caminar, unos nos refugiamos en unas aficiones, otros en otras pero siempre buscando ese apoyo, esa satisfacción.
A veces ni nosotros mismo nos conocemos pero de lo que estoy segura que nacieras o te formaras, eres un verdadero artista, nada fácil de comprender pero con buen genero, no sé si es la palabra pero tus letras tienen tacto, color y olor, son lienzo y escusas, son poesías, sueños y el ellos, siempre está la mujer, quizás por eso, sigamos incansable esas complicadas letras.
Eso se llama estar vivo, ser inconformista y luchador, si no nos exigimos, no mejoraríamos y el hombre siempre destacó por su afán de superación, sus descubrimientos, sigamos exigiéndonos cuanto podamos y si hay que morir, hagámoslo con la bandera en alto.
Nadie mejor que nosotros mismos, conocemos nuestras necesidades, de ahí que nos neguemos a que nos quiten la razón, si necesitas algo, luchas por el, crean el ti o no, los que te rodean.
Una buena filosofía, me haces daño, me busco la defensa, creo que el ser humano, tiene esa capacidad, esa defensa, quizás por eso las cosas se puedan ver desde distintos ángulos, todo va, con el ojo de que mire, una vez pregunté a un ser querido, cómo puedes soportar lo que soportas? Me contestó, las cosas no tienes más, que la importancia que se le quiera dar, toda una clase para esta ignorante.
La compostura, que no se pierda, las fisuras, ya se cerraran solas, siempre hay un te quiero para sanarlas.
Eso no está mal, de ilusiones, también se vive jejeej creo que al final, Bea se tomará un refresco con usted, por la cuenta que le tiene mantener el mejor cliente de su librería jaja
Que bonito, “me bastó con su sonrisa” yo siempre buscaré este final, yo tampoco me conformo con una parte, siempre lo quiero todo, o nada, por eso siempre le pediré ese permiso para el beso, no quiero vemos a medias.
Ley.

Fran dijo...

Cuando leo tus comentarios, Ley, siempre estoy seguro que te esfuerzas en entender lo que he querido decir y lo entiendes muy bien.

No hay otra forma que la que te contaron y la que te cuento para sentirse vivo. Aguanto más de lo que te imaginas, muco más que las fístulas que como digo en mi último post son signo de deseo.

Mientras me aferro a las palabras, al poema sin versos, sin rimas que aprenderse.

Nunca supe escribir poesía, prefiero decirte que te quiero.